Este testimonio nos impulsa a todos. Recordemos que el ministerio de la consolación es responsabilidad de todo bautizado, porque cuando no es posible curar al enfermo, siempre es posible cuidar, consolar, ofrecer la cercanía de Dios, su bendición, su Palabra, los sacramentos y acompañarlos en el camino de crecimiento y maduración en la fe. ¡Cuántos enfermos y cuántas personas ancianas viven en sus casas y esperan una visita!

La fiesta de la Virgen de Lourdes vuelve a convocar a sus fieles devotos tucumanos, especialmente, en la gruta de San Pedro de Colalao, que este año cumple 40 años.

Los santuarios marianos son el destino de peregrinaciones, de caminar juntos, compartiendo la vida, las necesidades, las preocupaciones, los sufrimientos, los proyectos y esperanzas de muchos creyentes, enfermos, necesitados de la misericordia y compasión del Señor y de la ternura maternal de la Virgen.