Tafí del Valle es, sin duda alguna, el principal destino turístico de la provincia. Sus paisajes únicos enamoran por igual a los lugareños y a los visitantes que llegan desde diferentes latitudes. Pero, en las últimas semanas, este refugio icónico también fue escenario de distintos hechos que demuestran la manera en la que la expansión urbana empezó a generar consecuencias. Por ejemplo, el fin de semana anterior, un tiroteo ente jóvenes expuso el descontrol.
A inicios de 2020, el arquitecto Osvaldo Merlini había sido categórico al hablar del riesgo que corría este municipio de fallecer urbanísticamente por los severos incumplimientos a un Código de Edificación, elaborado en 1990 y aún vigente. Dos años después, en diálogo con LA GACETA, Merlini estimo que Tafí del Valle “perdió su identidad arquitectónica”. “Se debería establecer pautas de tipologías e identidades arquitectónicas que reflejen respeto al paisaje, al contexto, a la historia constructiva local, es decir la búsqueda de una arquitectura apropiada, regional y adecuada al sitio, contemporánea pero respetuosa del contexto y no influidas por modas y tecnologías de una globalización impersonal”, sostuvo el profesional.
A 32 años de haberse redactado el Código de Edificación, el urbanista señala que hoy “es otro Tafí” y por lo tanto ese documento quedó obsoleto porque no responde a los requerimientos y exigencias actuales. Y ante esto recomienda un nuevo código de desarrollo urbanístico fundamentado “en el respeto por el paisaje, el resguardo del medio ambiente, la conservación y rescate de los diferentes procesos históricos del valle y su puesta en valor”. “Ya es tarde pero no irreversible. Hay que intentarlo y es fundamental que en este proceso participen todos los actores del valle, y fortalecer a la Municipalidad para que pueda controlar este desarrollo”, enfatizó.
Demanda vigente
Marcela Funes Franco se instaló hace 12 años en el municipio para el desarrollo de un emprendimiento hotelero en la zona de La Quebradita. A partir de su experiencia asegura que en los últimos 10 años creció exponencialmente la oferta y la demanda turística.
“El crecimiento debe acompañarse de otros crecimientos como un desarrollo urbanístico más planeado, para decir qué se quiere del destino y hoy eso es una falencia”, manifestó la empresaria. Y destacó que al tratarse el turismo de una actividad transversal para la comunidad “todo debe hacerse con previsibilidad para evitar inconvenientes”.
Ante el crecimiento urbano que destacó, Funes Franco sostuvo también que la demanda de una “nueva planificación y rezonificación” es otra de las necesidades sin respuestas. “Los problemas son puntuales, pero no por eso debe irse por detrás de ellos y a raíz de esto se instaló un boliche en una zona urbana que no está acondicionado como corresponde”, precisó sobre un local ubicado al costado de la ruta 307. “Yo no estoy en contra de que haya un boliche y los más chicos se diviertan, pero para esa actividad debería haber una zona propicia para su funcionamiento. Yo estoy a poco a más de tres kilómetros de distancia y siento el ruido que llega desde el lugar”, detalló la representante de la Cámara de hoteles y afines.
Aunque el balance de la temporada veraniega resultará beneficioso, la mujer denunció que muchas acciones que deberían haberse hecho por parte del municipio no se hicieron. “Siempre nos adelantamos antes de la temporada para considerar las cosas que deben preverse. Durante octubre y noviembre, insistimos en la Municipalidad por cuestiones que considerábamos necesarias y muchas no se realizaron y no conozco el motivo”, expresó.
La paz social
“Realidad caótica”. De esta manera describió la concejala tafinista Jessica Yapura Astorga al presente que vive la localidad vallista. La dirigente del Partido Justicialista argumentó su postura en la “ausencia o desinterés” del Poder Ejecutivo Municipal para hacer cumplir las normativas vigentes y mantener la paz social.
A partir de la llegada de la temporada y la nutrida concurrencia de jóvenes, la edila detalló que la Municipalidad habilitó un local bailable en el que, según ella, se desobedecieron las normativas impuestas por la ola de contagios de coronavirus. De acuerdo a la Resolución N°1 del Comité Operativo de Emergencia de Tucumán (COE), hasta el 31 de enero pasado, los boliches podían trabajar con una capacidad limitada de 400 personas.
“Por estas cosas se evidencia el descontrol total y los vecinos no se sienten seguros. Hoy por hoy, Tafí del Valle es tierra de nadie”, enfatizó Yapura Astorga. A la falta de control y fiscalización por parte de la intendencia, la edila sostuvo que la perla turística de la provincia “hoy es también una ciudad sucia” por la escasa administración de los residuos.
“Quien ocupa la cabeza de este municipio fue un fiel apoyo al jefe de Gabinete de la Nación, así que tiene las puertas necesarias para gestionar recursos a través de Nación para que aquí se implementen cosas nuevas y se diagrame de mejor manera el crecimiento”, reclamó.