“Mi mamá me contó lo que pasaba en Buenos Aires. Me dijo que me cuidara, que tenía miedo de que me pase lo mismo. Le pedí que se quedara tranquila porque estos te cortan la droga con cualquier cosa, menos con sustancias que te pueden matar porque son caras”. La insólita frase es de “Pancho”, un adicto a la “alita de mosca”, la “mejor” cocaína que se puede conseguir para el consumidor general. Esas palabras reflejan a la perfección lo que ocurre en las calles. Los prisioneros de los “papelitos” (como lo llaman al envoltorio donde viene la droga) saben que si en algún momento no salen de ese círculo, la muerte los estará esperando.
Las 20 muertes y las decenas de internaciones que se registraron Buenos Aires por haber consumido dosis letales de cocaína generaron una ola de interrogantes en la Casa de Gobierno, en la Legislatura, en Tribunales y en la sociedad en general. Las respuestas fueron las mismas. En Tucumán no hay casos de intoxicación masiva, por ahora. Pero la cocaína que se consume en esta provincia está tan estirada que nadie sabe a ciencia cierta cuáles son sus componentes.
“La noticia nos sorprendió. No se registraron casos de intoxicación masiva en la provincia. Pero estamos atentos a lo que pueda suceder, aunque es muy complicado porque estamos hablando de un mercado ilegal al que no es fácil acceder”, sostuvo el secretario de Lucha contra el Narcotráfico, Carlos Driollet.
Hipótesis
Las consecuencias de este caso -el único del que se tenga registro en la historia del país- ha puesto en alerta a todas las provincias. Nadie lo dice oficialmente, pero la sospecha de que se trató de un vendedor de drogas está desvaneciéndose con el correr de las horas.
Ahora se habla de un lote que fue vendido a varias redes de narcomenudeo de unas 10 localidades de la provincia de Buenos Aires. El sospechoso de hacer este negocio, conocido como “El Paisa”, fue detenido y se espera que revele detalles para determinar qué pudo haber pasado. Mientras tanto, el ministro bonaerense Sergio Berni estimó que podrían ser 2.500 los adictos que tendrían la droga mortal en su poder.
“No se puede comparar lo que ocurre en Buenos Aires con lo que pasa en Tucumán. Son dos realidades totalmente diferentes. La cocaína que se secuestra en las calles está estirada entre un 85 y un 90%, pero con distintos elementos de corte, que van desde fécula hasta bayaspirina”, explicó el funcionario.
Driollet no quiso especular sobre qué causó la tragedia.
“Hay que esperar los resultados”, respondió cuando se le consultó si podía ser fentanilo. “Ese es un elemento que está causando muchas muertes en varios países y por ahí se lo relaciona. En Estados Unidos hablan que esa sustancia, que es un opioide que es entre 50 y 100 veces más fuerte que la morfina y ya causó unas 100.000 muertes”, finalizó.
Otra mirada
Emilio Mustafá es un profesional que recorre los barrios para recuperar a los adictos. “Me parece importante analizar lo que está pasando. Esto tiene que ver con la degradación en cuanto al afianzamiento de la problemática en general de las adicciones, el narcotráfico y el narcomenudeo en Tucumán y en toda Argentina”, explicó.
“Hay una diversidad de problemáticas para analizar este contexto. Pero lo central tiene que ver que esa adulteración de la cocaína tiene que ver con una cuestión económica. Los vendedores tienen que darle volumen al producto para hacerlo más redituable. Lo que pasó es un llamado de alerta para poner en la mesa del debate la necesidad de una política integral de abordar la problemática de esta complejidad”, agregó Mustafá.
El especialista sostiene que le llamó la atención que se hable de “adulteración” de la cocaína. “Eso ocurre hace mucho tiempo. Y esta droga es tóxica desde que se la elabora. No hay que olvidarse de que a las hojas de coca se las mezcla con distintos precursores que son dañinos para la salud para poder cristalizar. La cocaína es tóxica desde que se produce”, agregó.
Mustafá señaló que en Tucumán llega pasta base de Bolivia y Perú que luego es sometida a diferentes procesos. “El producto de mayor pureza va a parar a los sectores más altos. Lo demás se sigue estirando y llega a los sectores más pobres. Sabemos que la estiran utilizando azufre”, concluyó.
Toxicología: "es un problema fitosanitario"
“La cocaína callejera es totalmente impura en cuanto a lo comercial”, informó el toxicólogo Alfredo Córdoba. “La cantidad de cocaína que circula en la calle es de 10 al 15%. El resto son sustancias adulteradas. Los cortes se hacen para abaratar costos y aumentar las ganancias del producto”, explicó. Según dijo, en este mercado siempre se ha usado como adulterantes: benzocaína, cafeína, vidrio molido, talco, maicena y bicarbonato de sodio, entre otros. “Los tratamientos de recuperación en un paciente adicto son tan extensos que exigen el compromiso de la familia y el equipo terapéutico. No es un trabajo para una sola persona. Es un problema sociosanitario debido a las consecuencias que trae y debe ser abordado por la salud con responsabilidad para evitar su muerte”, finalizó.
Salud mental: “el sector más vulnerable es el joven”
La jefa de Servicios de Salud Mental del Centro de Salud, Patricia Garzón, opinó sobre la problemática del narcotráfico en nuestra provincia. “Hemos naturalizado las adicciones, quizá por falta de educación o falta de políticas de salud. Esto tiene varias décadas”, expresó. Según explicó la profesional, es importante que en los primeros años escolares, el niño tenga herramientas de prevención. “La situación es desbordante y el consumo de cocaína es histórico. El sector más vulnerable es el adolescente que está en un momento de querer pertenecer. Busca emociones y nuevas experiencias, por eso asume este tipo de riesgos”, agregó. “Estamos para guiar y ayudarlos. Hablemos del tema y le saquemos la máscara. Es un llamado de atención para todos lo que sucedió en Buenos Aires”, concluyó.