Cuando llueve torrencialmente en la ciudad, generalmente en la peatonal del microcentro no haya un alma. Todo es pura agua; o mejor dicho, sí hay un alma y es la del "Profe Guzmán". Así llaman al mozo del bar ubicado en calle Mendoza, esquina 25 de Mayo, que, cuando la tormenta azota prefiere quedarse parado bajo la sombrilla y esperar a que pare para luego limpiar y acomodar las mesas para así recibir nuevos clientes.
"Cuando hay tormenta, obviamente en la peatonal no se sienta nadie. Los mozos suelen irse a la casa. Es más, nos piden a nosotros los encargados, irse. Y se los manda a la casa porque, ¿para qué se van a quedar? Sin embargo él no. Él se queda ahí esperando a que pare la lluvia (que vaya a saber dios si para o no). Y ni bien para, automáticamente empieza a limpiar todo y espera a que alguien se siente", cuenta Valeria Herrero, encargada del bar.
La imagen del hombre bajo la tormenta llamó la atención. Algunos clientes habituales del bar ya conocen al "Profe Guzmán". "Es muy trabajador", asegura Valeria. Otros, lo comenzaron a conocer con esta foto que no pasó inadvertida en medio de tantas historias que surgen luego de un temporal en la ciudad.