Para el chileno Ian Harting, bailarín, coreógrafo y gay de 29 años, votar por el futuro presidente de Chile se sintió como una cuestión de vida o muerte y el triunfo del progresista Gabriel Boric lo dejó eufórico y aliviado.

Boric superó fácilmente en el balotaje al ultraconservador José Antonio Kast, a quien la comunidad LGBT+, feministas y activistas por el derecho al aborto, entre otros, veían como una amenaza existencial.

Kast se ha opuesto al matrimonio entre personas del mismo sexo, al aborto e incluso a la “píldora del día después”, y ha defendido la dictadura del general Augusto Pinochet. Durante la campaña amenazó con eliminar el Ministerio de la Mujer, pero tuvo que dar marcha atrás en medio de un aluvión de críticas.

“Yo como gay tengo mi pareja, nunca había sentido realmente un miedo con respecto a mi vida, con respecto a mi derecho (...) y todo este tema presidencial en Chile fue como volver a enfrentarse al miedo de que sí vivimos en un mundo donde corremos riesgo y corremos peligro día a día”, dijo Harting. Hablaba de quienes fomentan el odio de aquéllos que querían maltratar, marginar y discriminar a las minorías.

Luego de su triunfo Boric, habló ante un mar de chilenos que abarrotaron el centro de Santiago ondeando banderas arcoiris, que representan el orgullo de la diversidad sexual, grupos feministas e indígenas mapuche.

“Haber celebrado este triunfo para mí fue todo. Fue realmente vincularlo a mi vida, a mi seguridad, a la seguridad de mi pareja, a la seguridad de mis amigos. A la seguridad de todas las personas que amo en este mundo”, añadió Harting, quien fue con amigos a la céntrica Alameda para escuchar el discurso del presidente electo.

Boric presentó amplios planes para unir a la nación y ampliar los derechos de los ciudadanos después de una ruda campaña electoral, tocando temas como derechos indígenas, igualdad de género y medio ambiente, al mismo tiempo que promete responsabilidad fiscal y velar por la economía.

Paola Fernández, de 39 años, dijo que temía una victoria de Kast debido a sus políticas de extrema derecha y a su enfoque social conservador. “Mi hija es homosexual. Creo que Chile ya vivió una dictadura y no podíamos volver a vivirla otra vez”, dijo abrazando a su hija.

“Mi suegro fue perseguido, exiliado. Entonces no podíamos, no podíamos dejar que un candidato como José Antonio Kast subiera al poder”, añadió.

“Seguiremos movilizadas”

“Nuestros avances han sido en base a la lucha de masas, a ocupar los espacios públicos, la movilización activa”, dice Pamela Valenzuela, vocera de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo (CF8M). “Tenemos claro que vamos a seguir movilizando desde una posición de autonomía”, es la posición del poderoso movimiento feminista chileno, fogueado en las protestas callejeras de 2011 y de 2019. Los cientos de miles de chilenas que salieron a las calles en esos años fueron clave para presionar por leyes contra los femicidios, que despenalicen el aborto en algunos casos y den a las mujeres el mismo protagonismo en la redacción de la nueva Constitución, que por primera vez tiene una composición paritaria.

La próxima lucha, anticipan, será la de hacer cumplir a Boric su promesa de campaña. “El presidente electo en su programa lo tiene expresamente dicho: aborto libre, legal, seguro y gratuito (...) lo que ha sido nuestra consigna feminista durante décadas”, recuerda la activista por los derechos reproductivos Gloria Maira.

La tarea para impulsar las políticas más de avanzada, con un Congreso dividido, no será fácil.

Los olvidados

Durante la campaña, Boric dijo que los chilenos que habían enfrentado discriminación serían “protagonistas” de su gobierno. El activista por los derechos de los homosexuales Víctor Hugo Robles dijo que permanecer en silencio y ‘en el armario’ ya no era una opción y que esperaba acciones y pasos concretos del nuevo gobierno.

“¿Tendremos, por ejemplo, una ministra homosexual en el gabinete del presidente Boric? ¿Tendremos una ministra lesbiana, una persona trans?”, preguntó Robles.

“Son gestos, son luces de cambio, son luces de libertad, son luces de revolución en el Chile de hoy y en el Chile del futuro”.