La reunión del Consejo Directivo del Colegio de Abogados de Capital tuvo un final impropio de letrados. La educación y el respeto estuvieron ausentes en el encuentro del miércoles por la tarde. Cerca de las 17 fueron incapaces de dialogar y todo terminó en una trifulca donde las patadas y las trompadas le ganaron al diálogo y a las palabras.

El papelón de los abogados tucumanos se produjo en la reunión que presidía el mismísimo titular de la entidad, Rodolfo Gilli, quien dijo no haber visto las agresiones. No obstante, no desconoció la gravedad de lo sucedido y convocó a una reunión extraordinaria del consejo directivo para el próximo martes a las 10.

El encuentro del miércoles pasado llegó a su momento de mayor tensión luego de que se leyera un dictamen de la comisión de Defensa de la Defensa. En ese documento se había rechazado un pedido del abogado Alfredo Falú, quien decía sentirse blanco de una campaña de persecución en su contra y en su condición de abogado porque desde diversas entidades se lo acusaba de estar atacando a la prensa. La comisión interna del Colegio de Abogados rechazó dicho planteo.

Según el vicepresidente de la entidad, Carlos César Casal, él destacó dicha resolución y cuando estaba hablando fue tratado de “condón de (Atilio) Billone y de (Francisco) García Posse”, ex presidentes del colegio. “Le pedí al titular del colegio (Gilli) que pusiera orden y como no se podía me levanté y me retiré y cuando eso estaba ocurriendo apareció el vocal Pablo Caram, que empezó a gritarme. Le respondí a sus acusaciones que peor era hacer que los hijos trabajaran para el colegio y cuando me di vueltas me tiró trompadas y una patada”.

Al planteársele a Casal que Caram había denunciado otra cosa, respondió: “están las cámaras que seguramente registraron todo lo que pasó”.

Caram, ante la denuncia del vicepresidente, fue hasta Tribunales y planteó que le dijo a Casal que se meta con él, pero no con su familia y mucho menos con uno de sus hijos. “Me fue citando a pelear en un patio y me gritaba maricón, sos un cagón, no sólo te voy a hundir, te voy a hacer pingo matando”. Caram en su escrito aclaró que “no es ni maricón ni cagón”. Calificó a Casal como una “persona muy violenta y conflictiva en la institución”. Luego afirmó que el vicepresidente le tiró patadas y trompadas y que él intentó “repeler esas agresiones con mis piernas”. Por todo esto Caram solicitó que le prohíban a Casal que se acerque a su persona.

Otros intereses

El presidente del Colegio señaló que “hizo lo posible para que (los abogados) estuvieran a la altura de las circunstancias”. Sin decirlo, responsabilizó a Casal de lo ocurrido. “Le he dicho infinitas veces que debe respetar la institución y su cargo de vicepresidente, pero él se ha obstinado en dañar maliciosamente esta gestión y a la institución”, indicó Gilli.

Por su parte, Casal considera que “él sólo se ha preocupado por denunciar lo que pueden ser irregularidades”. Gilli, en tanto, repite: “el colegio actúa con apego a la ley”.

En un comunicado oficial, el presidente del Colegio de Abogados señaló: “Casal tristemente ha priorizado los intereses de la Caja, hecho que se puede comprobar en distintas actas del reuniones del Consejo, donde se abstuvo, aún cuando la Caja no quería recibir a los delegados enviados por nuestro Colegio; siempre actuando a espaldas de la mayoría del Consejo, realizando especulaciones en contra de la administración que presido”.

Medidas disciplinarias

Por su parte, la Caja de Previsión y Seguridad Social de Abogados y Procuradores repudió los hechos de violencia en el Colegio de Abogados, donde “el doctor Casal sufriera violencia física y verbal por parte de un consejero”. Además de expresar su solidaridad hacia el vicepresidente, el comunicado exhorta el respeto y tolerancia sobre el rol institucional que “cumple cada operador de la Justicia”. Además solicitó que “se aclaren los hechos y eventualmente se tomen las medidas disciplinarias correspondientes”.