“Metáfora del aire, siempre llegas entera y decidida en tu sonrisa: que no hay tiempo de espera ni de prisa, la cosecha está lista, ya no hay siegas por hacer”, recita Carlos Duguech el poema “El Taller de Mercedes”, frente a la estatua de Borges, en la plaza Urquiza. Era el lugar elegido por Mercedes Chenaut para rendir homenaje al escritor que tanto admiraba. Ayer por la tarde, amigos e integrantes del Grupo Literario Animarse a Gritar, fundado por la escritora, volvieron a reunirse en el mismo lugar para honrar su memoria en el primer año de su partida. Mercedes ya está lejos, como ella lo diría en “Tremendas”: “cuando estuvo lejos, todo lo lejos que le fue posible de todas las cosas que ya no eran suyas porque las había perdido (...) lanzó el alarido: largo, punzante, desesperado, casi eterno...”
Homenaje borgiano a Mercedes Chenaut
LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ