Las sugerencias de la Vicepresidencia de la Nación, en el día de la Democracia, referidas a las negociaciones con el FMI luego del rechazo del presupuesto 2022, hoy son tan solo una expresión de deseos. Los desaciertos en la gestión de Gobierno se reflejaron en los resultados del 14/11, debilitando políticamente al Gobierno Nacional, y posicionando al país en los umbrales del default. La desaprobación del presupuesto tiene la particularidad de ser el único en 38 años de democracia, no obstante fue utilizado por los medios y los asesores financieros de turno, como un ariete para quebrar el acuerdo político entre el Presidente, la Vicepresidenta y el titular de la Cámara de Diputados, y de paso frustrar las negociaciones con el FMI, valiéndose de la intervención en el uso de la palabra de Máximo. A mi criterio, nunca hubo una fallida negociación, porque la decisión de desestimar el presupuesto, ya estaba decidida, como era costumbre en la previa al golpe de Estado; lo anticipó López Murphy en el canal LN +, pero esta vez sin uniformes. En el intervalo surgieron referencias, que justifican el rechazo porque: la deuda con el organismo de crédito es un potencial desestabilizador, en manos de la oposición; la fuga de u$s 24.000 millones es tan grande, que “convenció” a los legisladores de la oposición, en especial a los economistas que llegaron a la Cámara, siendo asesores de las maniobras financieras; el FMI había advertido a Macri sobre la fuga del préstamo, obligándole a imponer un cepo cambiario: que la advertencia fue el indicador de que el FMI, conocía las maniobras, a los fugadores, los montos y el destino de los mismos, por lo tanto podía identificarlos, y colaborar en la repatriación de los préstamos fugados: entonces Cristina tenía razón. El rechazo del presupuesto, la aprobación del Plan Plurianual, más la conformidad del acuerdo por la deuda en el Congreso, representan una gran oportunidad, para que Macri y sus funcionarios zafen de las causas judiciales, habida cuenta de que algunos jueces obedecen el poder político del momento. El Gobierno Nacional debe asumir lo que le toca en el baile, manejándose con el presupuesto 2021, adaptado a la ley Nº 24.156 en su artículo 27; pero al momento de la ejecución presupuestaria debe medir a los distritos administrados por JxC con la misma vara que utilizó la oposición para rechazar el presupuesto 2022. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Por medio de la presente, y confundido por el bombardeo de informaciones falsas sobre el tema, recurro a la seriedad y veracidad que caracterizan a LA GACETA para exponer mi humilde opinión sobre el particular.

José Emilio Gómez


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