El juez Pedro Pérez, a cargo del concurso preventivo de la firma Complejo Agroindustrial San Juan SA, confirmó ayer a LA GACETA que la empresa Complejo Alimenticio San Salvador SA (CASS), del Grupo Luque, desistió de la oferta de arriendo del ingenio-destilería y de las tierras productivas de la concursada, y reclamó la devolución del depósito de garantía.
De acuerdo con el magistrado, el Grupo Luque argumentó para retirarse una serie de manifestaciones de los interesados en su contra y el estado de abandono del ingenio por un lado, y por otro la situación de conflictividad entre las partes involucradas en el concurso y la falta de respuesta firme a los plazos estimados que necesitan para concretar las inversiones.
Al respecto, el juez Pérez indicó que quedan en el expediente la oferta de la firma Croanda SA, del Grupo Rocchia Ferro (comprar solo el casco del ingenio-fábrica), una propuesta de recuperación de la fábrica a través de una cooperativa de trabajadores patrocinada por una repartición nacional, y otra proposición de arriendo de una porción de las tierras.
Los trabajadores se enteraron ayer de la novedad, pero -aseguran- no los sorprendió. “Sólo querían las tierras y nunca pensaron en poner en marcha el ingenio. Hace un mes Emilio Luque había adelantado que la fábrica era ‘inviable’. Embarraron la cancha. Jugaron con la ilusión del pueblo de Cruz Alta”, afirmó el secretario de Fotia, Pablo Campo. “Ya sabíamos que iba a pasar esto. La gente tenía esperanza y Martín Luque y su padre hicieron lo mismo cuando cerraron los supermercados. Y decían que eran empresarios serios”, remarcó.