“Me pegaron tres culatazos y amenazaban con matarme. Esa noche pensé que no vería más a mi familia”, expresó Franco Lozano, el nutricionista de 29 años que fue atacado el domingo por la noche cuando había salido a tomar algo con unos amigos en barrio Sur de la capital. Franco se define como una persona alegre, sociable y que disfruta mucho de lo que hace. “Voy al gimnasio, tengo mi consultorio y salgo con amigos. No le hago mal a nadie ni tengo problemas con nadie. Todavía no entiendo por qué me pasó esto”, dijo.
La llamada de uno de sus amigos el domingo a las 24 hizo que Franco se decidiera a salir para compartir un helado. “A los pocos metros de mi casa, tres autos me encerraron y me obligaron a bajar del vehículo. Me dijeron que eran policías y que quedaba detenido. Dos de ellos tenían chalecos de la fuerza. Pregunté ‘¿por qué, oficial?’ y dije que tenía todos los papeles. Sin embargo, después me di cuenta de que no eran policías”, agregó. Según contó, de los tres vehículos se bajaron varias personas y todas estaban armadas.
Entre gritos y amenazas, golpearon en el estómago al joven y le pegaron tres culatazos en la cabeza, lo que le generó tres cortes de gravedad. Según contó a la Policía, estas personas repetían una y otra vez: “¡Quemalo!”; “¡Matalo de una vez!”; “¡Matalo al pendejo!”. “Había dos personas en uno de los autos y les daban órdenes a los que estaban afuera conmigo. Me gatillaron dos veces y ahí dije: ya está. Me imaginé sin poder ver a mi familia y a mis amigos nuevamente. No podía creer lo que estaba viviendo”, expresó Franco a LA GACETA.
“Me gusta salir con amigos y disfrutar la vida; no hago nada malo. Pienso que por las redes sociales me estuvieron viendo. Muestro mi vida por Instagram porque me gusta y me divierto”, agregó. “Había subido una historia contando que salía a tomar un helado y a los pocos minutos ocurrió todo”.
Según dijo el profesional, la intención de esta banda delictiva era hacerlo subir a uno de los vehículos y secuestrarlo. “No sé, la verdad, si ellos querían desvalijar mi casa o que sacara dinero del banco. Claramente no querían mi auto ni mi celular, ni la billetera que traía encima. Les dije que se llevaran todo, pero que no me mataran. Ellos no querían, me querían llevar a mí”, agregó. Uno de los atacantes le habría querido poner un pañuelo con algún tipo de alcohol o algo similar en la cara, pero él no se dejó. “No sé si me querían desmayar, pero me tapaba la cara y no dejé que pasara”, dijo. Los agresores le quitaron una cadena de oro mientras lo amenazaban de muerte.
Pasaron los minutos y Franco tenía todo su cuerpo bañado en sangre debido a los culatazos. “En un momento pude empujar a uno de ellos, que me tenía agarrado y caímos al suelo; me lastimé las rodillas y logré arrastrarme por la calle. Grité y pedí ayuda. Salí corriendo hacia la 9 de Julio. Había mucha gente. Ellos en ese momento escaparon en sus autos y también se llevaron mi vehículo”, alertó.
El auto que conducía Franco es un Peugeot RCZ rojo. “Me costó mucho trabajo tener el auto que tengo, pero en ese momento ya no me importaba. Me sentí más tranquilo, pensando que ya todo había terminado y que en algún momento me iban a auxiliar”, dijo.
En Bolívar al 500, donde ocurrió el hecho, varios vecinos ayudaron al joven. Uno de los vecinos alertó a la Policía que el auto de Franco había sido abandonado en Chacabuco y Rondeau. “Era difícil que esta gente pueda andar con ese auto, porque es muy llamativo. La Policía los iba a encontrar. Lo dejaron en medio de la calle, todo abierto y no tenía la llave”, agregó la víctima.
Luego, agentes del 911 tomaron declaración a Lozano y pidieron una ambulancia al 107 para asistirlo. Uno de los vecinos se ofreció a llevarlo en su auto. Fue trasladado al hospital Padilla, según confirmó la víctima. “Agradezco la atención del hospital; me hicieron una tomografía y tengo tres cortes en la cabeza. Estoy bien y vivo para contar todo esto. Agradezco a los médicos y a los vecinos que me ayudaron”, dijo.
“Pido al Gobierno que se haga cargo de lo que me pasó. Le puede suceder a cualquier persona, no solo a alguien que quizás es más público, como en mi caso. No se puede vivir con esta inseguridad. Parecía una película”, dijo. La fiscalía de Robos y Hurtos I investiga el caso. (Producción periodística: Luciana Nadales)