LA GACETA, en su edición del 3/12/21, en el espacio “Panorama Tucumano” difundió un artículo del periodista Guillermo Monti, esclarecedor y a la vez demoledor de las falsedades, referidas a los daños irreparables, que causaron las opiniones, consejos y demás barbaridades, difundidas por personajes de la política, y de una conductora de televisión, sobre la infectadura y las vacunas, careciendo de los conocimientos básicos de lo que instigaban; en realidad lo que buscaban era soslayar la lucha del Gobierno Nacional contra la muerte. Los mensajes de los infectólogos de la política, respaldados por intereses partidarios y de los otros, hicieron lobby por la vacuna Pfizer, formularon  denuncias sobre coimas, plantearon rechazos ideológicos a presuntas vacunas venenosas, realizaron vedetismo televisivo, promoviendo el consumo de dióxido de cloro en busca de mayores audiencias; en síntesis toda esta puesta en escena se vio posibilitada por la desinformación del soberano, que confundido por noticias falsas, marchó dócilmente hacia la muerte. Lógicamente las operaciones, no pretendían convencer al pueblo, más bien buscaban confundirlo, fomentando la xenofobia en plena crisis sanitaria mundial. Con frecuencia, las barbaridades que se enunciaron, vinieron de mujeres de la política; algunas con enormes crucifijos, violaron el quinto mandamiento, enviando a la muerte a miles de argentinos. Para completar la calidad del trabajo periodístico, consulté mi archivo personal, repasando la edición de LA GACETA de fecha 4/6/21 (“La grieta”, LA GACETA, 13/6/21), donde el mismo autor mostró su independencia profesional, informando sobre maniobras políticas y de las otras, con las vacunas, que hoy son realidad. Hay momentos en que el silencio oculta la muerte, como el estruendoso mutismo de Carrió, cuando fue fiscal de Estado de la dictadura en el Chaco, donde su mudez convalidó la masacre de Margarita Belén, (13/12/76) silenciando la muerte de más de una veintena de argentinos. Espero que en algún momento, la justicia investigue y sancione a estos personajes, porque las consecuencias de sus falsedades, ocultando la verdad, se parecen demasiado a los crímenes de lesa humanidad.

José Emilio Gómez

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