En varias ocasiones publicamos en esta columna sobre la importancia de cuidar el suelo, debido a que se trata de un recurso indispensable para producir alimentos para todos los habitantes del mundo. A raíz, precisamente, de ello, diversas organizaciones realizan múltiples y continuas gestiones a fin de inculcar y de fomentar con mucha información que el suelo es vital.
Debido a ello surgió el Día Mundial del Suelo (WSD), que se celebra anualmente el 5 de diciembre como un medio para centrar la atención en la importancia de mantener un suelo sano y de abogar por la gestión sostenible de los recursos del suelo.
En el marco del Día Mundial del Suelo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha destacado que una de las amenazas que afectan hoy al suelo es el proceso de salinización, que avanza en diversas regiones productivas del mundo y atenta contra la seguridad alimentaria mundial. El organismo advirtió, incluso, que muchos países carecen de la capacidad para hacer análisis de suelos.
Actualmente el suelo es la base de la agricultura, y los agricultores del mundo dependen de este para producir alrededor del 95% de los alimentos que consumimos.
Sin embargo, nuestros suelos están en riesgo permanente de salinización, por lo que se debe detener este proceso y, en paralelo, impulsar su productividad con las herramientas tecnológicas de las que hoy se dispone.
Las prácticas agrícolas insostenibles y la sobreexplotación de los recursos naturales, así como una población en crecimiento, están ejerciendo una mayor presión sobre los suelos y provocando tasas alarmantes de degradación del suelo a nivel mundial.
Más de 833 millones de hectáreas de suelos en todo el mundo ya están afectadas por la sal. Así lo muestra el mapa mundial lanzado por la FAO en octubre.
Las estimaciones indican que más de un 10% de las tierras de cultivo están afectadas por la sal, lo que representa un riesgo importante para la seguridad alimentaria en todo el mundo.
Algunas de las regiones más afectadas se encuentran en Asia Central, Oriente Medio, América del Sur, África del Norte y el Pacífico.
La gestión de las zonas afectadas por la sal exige un enfoque integrado, que abarque la gestión sostenible del suelo, el riego y el drenaje, la selección de cultivos y plantas tolerantes a la sal, incluidas las halófitas, que pueden crecer bien en dichos entornos.
La recopilación de datos sobre el suelo y la creación de capacidad suficiente en los laboratorios de suelos de los países miembros de la FAO resulta fundamental para gestionar los recursos terrestres afectados por el suelo y sentar las bases para la agricultura digital en el futuro.
El mapa de suelos es una herramienta imprescindible para la toma de decisiones. Cuenta con la recopilación y análisis de los antecedentes geológicos, geomorfológicos, edafológicos, climáticos y de potencialidad productiva existentes para la región.
Constituye una herramienta indispensable, principalmente a la hora de buscar alternativas productivas más rentables.
Este mapa permite conocer la distribución de los suelos con sus limitantes y hacer un uso de estos de un modo más sustentable.
Debido a ello, sobre este tema la FAO destaca la importancia de generar datos fiables sobre el suelo cuando anunció el lanzamiento oficial del Informe mundial de evaluación del laboratorio de suelos. Se trata de un esfuerzo conjunto de 241 laboratorios en 142 países, que está dirigido por la Asociación Mundial de Suelos (GSP) de la FAO y su Red Mundial de Laboratorios de Suelos (Glosolan) compuesta por más de 760 laboratorios en todo el globo.
El informe destaca los desafíos, ya que el 55% de los países encuestados carece de la capacidad analítica adecuada, incluidos los recursos humanos, los procedimientos de armonización y el equipo. Muchos no pueden satisfacer la demanda nacional de análisis de suelos en África, Asia y Eurasia.
A raíz de ello resulta fundamental que se realice una inversión continua en los laboratorios de suelos, para que proporcionen datos fiables a partir de los cuales se puedan tomar decisiones acertadas, para garantizar un manejo sostenible del suelo y prevenir su degradación.
Nuestro país y nuestra región cuenta con instituciones de investigación y de desarrollo, que están trabajando en este tema para tener un diagnóstico acertado sobre esta situación y, de esta manera, alcanzar certezas sobre el camino a seguir para evitar que la salinización siga avanzando.