La pobreza bajó en 2021 con relación al año pasado; pero todavía sigue siendo más elevada que en 2019.
Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA (ODSA), la pobreza bajó de 44,7% en 2020 a 43,8% en el tercer trimestre de este año. El gobierno de Mauricio Macri había terminado en 39,8%, según la ODSA.
La cantidad de pobres en el país –población urbana- llegó este año a los 18,4 millones de habitantes.
La indigencia también reflejó una mejora –pasó de 9,8% a 8,8%- durante el año posterior a lo peor de la pandemia de coronavirus y llegó prácticamente a niveles similares a los de 2019, cuando afectaba a un 8,4% de la población.
La información oficial sobre la pobreza e indigencia producida por el Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec se publicará el 30 de marzo de 2022. El último dato del organismo estadístico, del primer semestre de este año, indicaba que la pobreza llegaba al 40,6%, mientras que la indigencia –para ese mismo período- era de 10,7%.
“La pobreza concentra sus efectos en la población localizada en hogares conducidos por personas vinculadas a segmentos de trabajadores marginales (72,9%) e integrados (53,8%), y en el conurbano bonaerense (51,5%)”, indicó el informe de la UCA que se presentó en público esta misma tarde. “Si bien estos segmentos evidencian una leve recuperación luego de 2020 –de fuertes restricciones de circulación por la emergencia sanitaria- no se registran cambios significativos en las desigualdades estructurales existentes al interior de la estructura socio-económica y socio laboral”, concluyeron los especialistas en el documento coordinado por el sociólogo Agustín Salvia.
Según la UCA, los programas sociales jugaron un papel muy importante. Si bien la transferencia de ingresos y la asistencia alimentaria directa bajaron con relación a un año atrás (fundamentalmente ya no existe más el Ingreso Familiar de Emergencia), se mantienen por encima de 2019 (el 44,7% de la población accede a esos programas). Si hoy no existieran estos programas, según el ODSA, la indigencia sería diez puntos más alta (18,8%). Si los mismos no hubieran estado presentes durante las cuarentenas más estrictas de 2020, la pobreza extrema hubiera sido del 27,7%.