Operación bikini. Chau celulitis. Objetivo verano. Lo que las celebridades piden. Esos son algunos de los anuncios publicitarios que, desde hace décadas, protagonizan las portadas de revistas y de páginas webs, demonizados ahora por promover la infelicidad, los estereotipos y la cosificación femenina. Pero amén de los paradigmas de belleza, cada vez hay más procedimientos que la ciencia certifica que cumplen lo que prometen y que ayudan a lograr un cuerpo sano (más que alineado).

"La medicina y la tecnología siguen innovando en tratamientos estéticos. Muchas de las opciones no son invasivas ni generan dolor; al contrario, se sienten como un momento de relajación", dice Fabiana Pérez, colaboradora en una clínica de estética. Pero enseguida aclara que sea cual fuere la terapia elegida, se tiene que completar con una buena alimentación, con suficiente ingesta de agua y con actividad física.

La esteticista Paula Roig -propietaria de un centro de tratamientos corporales y faciales- añade que cuando trabajamos sobre nuestro cuerpo para mejorar ciertos aspectos y patologías, tenemos que abarcar varios tejidos, como el graso, el muscular y el epitelial. "Todo tratamiento es un conjunto de terapias y rutinas que debemos abordar de manera combinada para lograr resultados exitosos", declara.

GENTILEZA PAULA ROIG

El sistema Himfu representa una de las tecnologías más novedosas destinadas a reducir el contorno corporal. Es más enérgico que la tradicional ultracavitación, conocida como lipo sin cirugía. Se basa en un ultrasonido multifocal. Esto quiere decir que las ondas viajan emitiendo energía mecánica. De este modo, posibilitan el alcance de zonas más extensas.

Entre sus beneficios, se sabe que es seguro, que libera a la paciente de una cirugía y que deja la piel tensa y sin marcas, entre otros. "Se trata de una terapia muy potente que disminuye el tejido adiposo. De hecho, rompe las células adiposas desde la primera sesión", acota Roig. Además, destaca tres ventajas añadidas de esta práctica: es indolora, no invasiva y permite realizar una vida mormal.

En su local, siempre complementan con DermoHealth, un modelado corporal de terapia de vacío de succión continua. Esto ocasiona la movilización de la piel, incrementa la microcirculación, facilita a su vez la remoción de toxinas y logra un efecto de modelado. "Drenamos lo que trabajamos anteriormente con Himfu", razona.

CONTRA LAS ALOPECIAS. La doctora Luciana Müller durante un tratamiento de plasma, para recuperar la caída del cabello. GENTILEZA LUCIANA MULLER

Otra alternativa con sustento científico es la CrioFrecuencia, pues se ha probado que estimula la producción de fibras de colágeno, necesarias para tensar la piel. A nivel corporal, se puede aplicar una función denominada multipolar que actúa sobre el tejido adiposo. Es decir, se usa tanto en la cara como en el cuerpo.

Esta terapia se jacta -al igual que el sistema Himfu- de ser segura y de no causar dolores, explica Roig. Consiste en una combinación de transmisión de frío (-25°c) desde el cabezal del aparato a la dermis. Esta acción provoca un calentamiento interno de los tejidos corporales (más de 55°c). Y la combinación de frío y de calor causa finalmente un shock térmico que estimula la síntesis de nuevas fibras. "Produce un efecto de lifting instantáneo, progresivo y de larga duración en una sola sesión", prosigue la esteticista.

El Hifu (siglas en inglés de ultrasonido focalizado de alta intensidad) es otra técnica de la medicina estética cuyo objetivo es tensar de manera inmediata. "Es una tecnología vanguardista", dice Roig.

GENTILEZA LUCIANA MULLER

Permite el aporte de energía en líneas de pulsos, focalizando y concentrando las mismas en la profundidad necesaria. "Mejora notablemente el ovalo facial, el escote, el cuello, la papada y disminuye líneas profundas y de expresión", describe. También se puede trabajar a nivel corporal para mejorar el aspecto de la piel. Es tan potente, que la esteticista advierte que se efectúa una sesión cada tres o seis meses.

La médica clínica y dermatóloga Luciana Müller -especialista en menopausia y medicina ortomolecular- anota un cuarto tratamiento: la bioestimulación con plasma rico en plaquetas, que se emplea para regenerar el colágeno y la elastina perdidos con el paso de los años; para combatir la flacidez y el envejecimiento prematuro del rostro, cuello, escote y manos; para definir el marco facial; para suavizar cicatrices y para revitalizar la zona capilar, entre otros usos.

En esta práctica, se acude a un insumo biológico y autólogo; esto significa que es propio del paciente. "Esa es una de las principales ventajas del plasma rico en plaquetas, pues al ser de uno se supone que no provoca efectos adversos", sintetiza la médica. "Se utilizan los factores de crecimiento de las plaquetas y se los coloca, mediante diversas técnicas y aparatología, en lugares donde se requiere la regeneración de tejidos", detalla.

"Los cambios son notables. A los pocos días, la paciente puede advertir que su piel se ve más luminosa, tersa y suave. Se realizan sesiones mensuales de acuerdo a ciertos protocolos de tratamiento", añade. Además, se sabe que es ampliamente usado en la odontología, en la traumatología y en la medicina en general.

Finalmente, Müller destaca que la aplicación de plasma de manera regular y constante causa beneficios sobre manchas, arrugas más profundas y fotodaño acumulado. No obstante, esta terapia se encuentra contraindica en personas con cáncer o recuperadas de cáncer y con trastornos o enfermedades de la sangre. Igualmente, la médica hace la salvedad de que todos los tratamientos corporales y faciales deben realizarse con profesionales y en lugares debidamente habilitados.