Un hombre de 50 años intentó engañar al personal sanitario de un centro de vacunación con un brazo de silicona falso, en un episodio increíble ocurrido esta semana al norte de Italia.
Mientras los Gobiernos de todo el mundo endurecen restricciones para motivar la vacunación masiva de la población para prevenir nuevos brotes de coronavirus, la enfermera Filippa Bau se topó con el caso, contó al “Corriere della Sera”.
Cuando brindó precisiónes dejó a todos atónitos: cuando destapó el brazo del paciente, percibió, al tacto, “una piel gomosa y fría”. Como si fuese poco, también le llamó la atención el extraño color, demasiado claro, de la piel.
“Pensé que había sido amputado y que había presentado para la inyección el brazo equivocado. Me sentí mal, pensé que involuntariamente lo había puesto en una situación incómoda, así que le pedí de inmediato que me diera el otro brazo”, relató. Protestando, el hombre se vio obligado a presentar el otro brazo, que también resultó falso, de silicona.
“Cuando le levanté la remera, me encontré frente a un miembro exactamente igual al anterior y entendí enseguida que el señor que tenía en frente estaba tratando de eludir la vacunación a través de una prótesis de silicona, sobre la cual esperaba que yo, sin darme cuenta, le inyectara el fármaco”, precisó en declaraciones reproducidas por Lanacion.com.
Descubierto in fragranti, el hombre le suplicó a la enfermera que cerrara un ojo y no dijera nada. Pero ella enseguida fue a llamar al doctor con quien el hombre había estado antes, como es praxis, junto a quien volvieron a revisarlo. “Entonces confesó que se había puesto un busto de escena en el intento de obtener el ‘super green pass’ sin vacunarse realmente. Y se fue. No fue ni descortés, ni maleducado: se levantó y se fue”, relató. Luego denunciarlo ante las fuerzas del orden por un engaño fuera de toda lógica.