El ex fiscal Carlos Albaca mantuvo casi hasta el final su resistencia a ordenar las peritaciones de ADN respecto de cabellos encontrados en los restos de Paulina Lebbos, joven asesinada en 2006. Siete años después del suceso y poco antes de perder el control del proceso, Albaca dispuso las pruebas en un laboratorio bonaerense. Pero los resultados fueron inválidos y la muestra se perdió: esta actuación forma parte de la imputación formulada al ex fiscal, quien es juzgado por el supuesto encubrimiento agravado del crimen de Lebbos. Dos testigos que intervinieron en la causa, las bioquímicas forenses Lilia Amelia Moyano y Graciela Daives, narraron en el juicio oral y público las vicisitudes de las polémicas peritaciones, y coincidieron en que convenía acelerarlas.
Este aspecto técnico del enjuiciamiento resulta central para determinar la responsabilidad penal de Albaca, cuya gestión del proceso concluyó sin imputados (recién hubo acusaciones en el período del fiscal Diego López Ávila). El requerimiento de juzgamiento atribuye a Albaca el haber permitido que se estropearan las muestras, primero, y luego, el haber intentado desviar la atención cuando su proceder ya había sido expuesto por la veeduría del Estado Nacional que practicó el abogado Bernardo Lobo Bugeau. Luego de ese informe crítico, la Corte Suprema de Justicia de Tucumán ordenó un sumario contra Albaca, quien pudo detener el procedimiento de destitución en 2014 al renunciar para acceder a la jubilación con el beneficio del 82% móvil.
Como todo en la causa “Lebbos”, no resulta fácil comprender las idas y vueltas que hubo con las evidencias extraídas del cuerpo y de la ropa de la víctima, y del escenario donde apareció el cadáver. Estos materiales ya estaban en proceso de descomposición cuando fueron separados y guardados para su análisis. Moyano, bioquímica de la Policía al momento de los hechos y durante buena parte de la investigación, y hoy integrante del Ministerio Público Fiscal, viajó en 2013 con el ex secretario Emilio Ángel Salazar para llevar los pelos a un laboratorio público de la Provincia de Buenos Aires ubicado en San Martín. “Es un material que ya venía en un estado de putrefacción. Lo que se hace en el laboratorio es tratar de detener ese proceso”, explicó Moyano al declarar como testigo ante los jueces Fernanda Bähler (presidenta), Wendy Kassar y Raúl Cardozo.
Tras una pregunta de Bähler acerca de por qué se habían tomado distintas muestras, pero no se practicaron los estudios de ADN, sino que hubo cotejos, Moyano respondió: “tenía la orden de hacer estudios comparativos. Yo elevé un informe en el que advertí sobre el estado de la muestra y sugerí qué hacer”. La bioquímica precisó que en 2006 recomendó el ADN mitocondrial al primer fiscal de la causa, Alejandro Noguera. “Luego envié una nota en la que recomendaba avanzar con el ADN nuclear o mitocondrial. No se hizo en esa época, sino en 2013”, recordó.
La profesional dijo que en casos como el de Lebbos “se trabaja mucho en los primeros meses posteriores al hecho”. “Pero aquí había fuerte resistencia de los familiares de las víctimas a la intervención policial. Una vez que se involucró la Gendarmería, no se nos pidió más nada”, añadió. Moyano relató que el material permaneció reservado hasta 2013, cuando ella se presentó ante Albaca (sustituyó a Noguera en abril de 2006 luego de que este fuera fotografiado mientras salía de la residencia del entonces gobernador y hoy senador saliente, José Alperovich). “Fui y le propuse que hiciéramos el ADN mitocondrial para ver si podíamos rescatar algo. Después, me envió la orden formal. Muchas veces informé las evidencias que había y qué tipo de pruebas se podía hacer. El estado de putrefacción constantemente estaba presente”, insistió.
¿Por qué se optó por el laboratorio bonaerense? Moyano contó que pidió asesoramiento al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación acerca de cuál era la mejor alternativa para el estudio de ADN mitocondrial: “allí me dicen que era posible hacerlo en el laboratorio del Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires, donde tenían uno de los equipos más modernos para esa práctica. También me aconsejaron la Fundación Favaloro. Albaca decidió ir a San Martín, provincia de Buenos Aires”.
El defensor del ex fiscal, Macario Santamarina, hizo hincapié en el hecho de que procesar las muestras comportaba perderlas hacia adelante. “¿Los pelos sometidos a un estudio de ADN quedan destruidos?”, interrogó. Moyano contestó: “el ADN nuclear se hace desde la raíz. El mitocondrial se hace del tallo cilíndrico. Si el pelo es muy corto, lo más seguro es que todo se consuma en el nuclear”. En ese punto del testimonio, Kassar apuntó: “aquí sobrevuela el tema del paso del tiempo y la putrefacción de las muestras, ¿es correcto lo que dice el sentido común respecto de que cuanto antes se envíen a analizar, mejores posibilidades de resultados va a haber?”. “Sí. Cuanto antes se analiza, mejor. Esto es incluso así cuando no hay putrefacción. Supongamos que hoy no hay un sospechoso, pero, ¿qué puede ocurrir si aparece de aquí a cinco o 10 años? Lo más conveniente es analizar la muestra al momento en el que se pone a disposición de la Justicia”, dijo.
Daives, bioquímica del Cuerpo Médico Forense de la Justicia, relató su participación en los análisis toxicológicos del caso “Lebbos” y de que viajó a Buenos Aires con la intención de despejar dudas acerca de la existencia de estupefacientes, pero se encontró con que los aparatos que debía usar estaban descompuestos y regresó con las manos vacías. Respecto de los ADN, Daives acotó que las secuencias no cambiaban, pero sí podían degradarse: “esto depende del método de conservación. En condiciones óptimas de preservación, lo ideal es procesar las muestras lo antes posible”.
El debate sigue hoy a las 9: los jueces deben recibir las declaraciones de aproximadamente 15 testigos
La Cámara Penal encargada de concluir las causas del viejo Código Procesal Penal reanudará este martes a las 9 el juzgamiento del ex fiscal Carlos Albaca en el edificio tribunalicio de la calle España de esta ciudad. Durante las primeras tres jornadas del juicio oral declararon cinco testigos, por lo que aún faltarían otros 15 aproximadamente. Al menos cuatro de los deponentes con fueros harán uso del privilegio de expresarse por escrito, entre ellos el senador saliente y ex gobernador José Alperovich. Hoy continuaría el interrogatorio a ex funcionarios de la Fiscalía N°2 que lideraba Albaca.