El fútbol se basa en momentos. Así como unas cuantas buenas jornadas puede catapultar hacia arriba a un equipo, un par de pasos en falso pueden dejarlo a la deriva. En tan sólo dos partidos, San Martín parece haber tirado a la basura todo el trabajo de un año. Está claro que aún falta un paso, pero fueron dos derrotas tan dolorosas como inesperada que amenazan con ponerle el fin al sueño que tenían todos en Bolívar y Pellegrini.

Si bien contra Tigre el duelo fue más ajustado y hasta el primer gol del “Matador” el trámite era más favorable a San Martín, el lunes contra Ferro el equipo mostró una de sus peores caras. Sin ideas, con actuaciones individuales muy por debajo de la media, con mucha carencia ofensiva y con una llamativa fragilidad defensiva, el equipo dirigido por Pablo De Muner puso en jaque el objetivo trazado en un primer momento.

“Si algo tiene San Martín es que siempre lucha hasta el final y nosotros tenemos en claro que así será. Iremos a Buenos Aires a tratar de hacer de dar vuelta la historia, a tratar de clasificarnos a la próxima fase”, dejó en claro Lucas Diarte, uno de los pocos futbolistas que tuvo un buen rendimiento contra Ferro. “Creo que la diferencia estuvo en que ellos mostraron una gran contundencia, algo que a nosotros nos faltó”, aseguró.

Nada tan claro y contundente como ese mensaje. El “Verdolaga” tuvo tres situaciones y acertó en un 100%, mientras que el “Santo” falló no menos de tres ocasiones muy claras para marcar un gol. Demasiado; mucho más teniendo en cuenta que en este tipo de partidos ese tipo de detalles son cruciales.

Otra de las contras con las que San Martín se topó en el momento cumbre de la temporada es su corto plantel (algo que deberá servir de enseñanza a futuro). En los últimos dos partidos, el entrenador casi no tenía variantes para torcer la historia desde el banco. Pese a los cambios, nada cambió para el “Santo” y el resultado fueron dos caídas en casa, ante su gente, con todo lo que ello implica. Una que lo dejó al margen de la finalísima por el primer boleto a la Liga Profesional y la otra, la más dura, que amenaza con barrer el esfuerzo que hizo el grupo y el cuerpo técnico durante siete meses para pelear por los ascensos. “Nos queda una oportunidad y no la debemos dejar pasar. Hay que mostrar mucho carácter y personalidad”, sentenció Diarte. “Fueron golpes duros, pero no podemos bajonearnos. Queda tiempo para pelear y vamos a intentarlo. Iremos a Caballito con la idea y las ganas de torcer la historia”, aseguró Rodrigo Herrera, otro de los puntos más altos que tuvo el equipo.

Desde hoy, el plantel tiene la obligación de hacer borrón y cuenta nueva. Debe olvidarse de todo lo malo que hizo durante los últimos dos partidos, hacer mea culpa y tratar de elevar la vara. “Tenemos que hacer un partido perfecto”, advirtió De Muner, pensando en el juego del próximo lunes, minutos después del 1-3. Y así es, una dura y cruda realidad. Porque para evitar que el sueño se esfume de las manos, San Martín debe recuperar su mejor versión y a eso agregarle esa contundencia, algo por lo que tanto sufrió durante varios pasajes del torneo.

Vuelta a las prácticas

Hoy a las 17, en el complejo “Natalio Mirkin”, el plantel “Santo” retomará los entrenamientos luego de la jornada libre de ayer. Pablo De Muner y sus colaboradores deberán trabajar a fondo para tratar de levantar anímica y futbolísticamente a un grupo que quedó muy golpeado a raíz de las últimas dos derrotas.