En el marco de la Muestra Festival Internacional de Cine Mar del Plata Federal, se proyectarán en el Espacio INCAA Sala Hynes O´Connor (San Martín 251), dos películas de realizadoras argentinas. El viernes 26, a las 22, se verá “Una escuela en Cerro Hueso”, primer largometraje de ficción de la directora santafesina Betania Cappato, mientras que el sábado 27, a las 22, se proyectará “Nuestros días más felices”, el segundo film de la porteña Sol Berruezo Pichon-Rivière. Entrada gratuita.

Las funciones se llevarán a cabo respetando el protocolo establecido por el COE, con la capacidad de la sala reducida.

“Una escuela en Cerro Hueso” tiene como protagonista a Ema, una niña que no habla pero observa, atenta y a su modo, el mundo que la rodea. Después de ser rechazada por 17 instituciones por estar diagnosticada dentro del espectro autista, una escuela rural se ofrece a recibirla para que empiece primer grado. Y hacia allí va con sus padres –muertos de miedo, aunque lo disimulen–, para empezar una vida nueva en un pueblito a orillas del Paraná. Impulsada por la amorosa curiosidad de sus compañeros –que no ven ningún problema en las diferencias– y la atención dedicada de sus maestras, Ema empieza a transformarse de manera sutil pero determinante.

Como la escuela lo hace para Ema, Betania Cappato crea un mundo para que sus personajes puedan habitarlo con libertad; un dispositivo de ficción que funciona como catalizador y abre la puerta a lo real. ¿Qué es una comunidad y cómo se construye? Una escuela en Cerro Hueso ensaya una respuesta posible a esa pregunta. Y nos recuerda que el cine, como la escuela, es quizás por sobre todo una forma de encontrarnos.




A su vez, “Nuestros días más felices” nos presenta a Agatha, una señora que al momento de cumplir los 74 años vive con su hijo Leónidas quien, aunque adulto, todavía no pudo encarar una vida de total independencia por cuidar y estar pendiente de su madre controladora y algo déspota.


Su monotonía cotidiana da un vuelco cuando, de la noche a la mañana, la anciana se despierta en el cuerpo de una niña de siete años. Con la ayuda de su hermana, quien vuelve al pueblo costero en el que habitan y con quien parece haber cierta distancia, Leónidas deberá resolver una situación al borde del absurdo que todavía no puede comprender, mientras descubre que es tiempo de revelar su personalidad, hasta entonces velada.


Como demostró en su primera película “Mamá, mamá, mamá” (2020), Sol Berruezo Pichon-Rivière exhibe una sensibilidad particular para exponer, entre chispazos de fantasía e irrealidad, esas pequeñas grietas que generan las palabras cuando no se dicen y, sobre todo, para mostrar que se pueden sanar a tiempo.