En su partido N°53 del año, Boca se regaló un triunfo. En Mendoza, superó 1 a 0 a Argentinos y llegó a la final de la Copa Argentina sin que le sobre nada.
19 triunfos, 22 empates, 11 derrotas, en partidos en tiempos reglamentario (aunque después terminó festejando o sufriendo en definiciones por penales) marcaban la performance “xeneize” antes de enfrentar al “Bicho”. Esto es toda una síntesis de cómo le están costando las cosas a Boca.
La sede y la fecha de la final de la Copa Argentina todavía no están definidasDel partido de anoche, el primer triunfo fue olvidable; lo mejor estuvo del lado del público que llenó el “Malvinas Argentinas” y que no paró de alentar. En el complemento, luego de que Argentinos le perdonó la vida a Boca con un remate de Gabriel Carabajal en el travesaño, apareció Luis Vázquez a los 11’ para quebrar la paridad.
¡Qué año con claroscuros está teniendo Boca! Fue campeón el 17 de enero de la Copa Diego Maradona al vencer a Banfield en San Juan por penales (el torneo empezó en 2020). También semifinalista de la Copa de la Liga 2021 (perdió con Racing, el 31 de mayo) y de la Copa Libertadores 2020 (que concluyó este año, el 13 de enero), al caer con Santos. También, fue eliminado por penales por Atlético Mineiro, con muchísima polémica en octavos de final de la Libertadores 2021 (el 20 de julio).
El mencionado título de enero (que hoy parece muy lejos) y un cambio de DT sumaron matices a los pasados 10 meses para Boca. Miguel Ángel Russo se fue en agosto, cercado por los malos resultados. Sebastián Battaglia, que llegó e impuso nuevos bríos, no terminó de afianzarse. Pero hay más matices para sumar en un club que nunca vive dos días iguales. Esto, por idas y vueltas dirigenciales; polémicas por doquier; jugadores en estado de rebeldía; juveniles que fueron probados y luego borrados; figuras de flojo desempeño en los últimos tiempos y refuerzos que no terminan de asentarse.
No se puede negar que es extraño ver a Boca, a esta altura del año, aferrándose a la posibilidad de un boleto directo a la Copa Libertadores 2022 (ya tiene ganada una plaza a la Sudamericana). Pretende un título que le permita recuperar la mística que fue perdiendo en los últimos meses, luego de un celebrado comienzo de año. Dicho de alguna manera, fue perdiendo su condición de equipo que impone temor con apenas leer su nombre o enfrentarlo.
Ya su chance de pelear por la actual Liga Profesional es una quimera. Aunque falten seis partidos y matemáticamente todavía tenga posibilidades, su inestable fútbol es su principal adversario.
Boca irá ahora por el ganador de Talleres-Godoy Cruz (viernes 12, en el “Juan Gilberto Funes”, de San Luis). Anoche le sacó un poco de peso a una mochila que lo incomoda. Ese pesar, aunque siga sin jugar bien, sólo desaparecerá, al menos para lo que resta de 2021, si levanta finalmente y por cuarta vez la copa más federal del fútbol nacional.