“Hay que tener en cuenta siempre el estado sanitario de cañaveral y la importancia de tener un diagnóstico adecuado y oportuno de la caña semilla destinada a la plantación, por lo que los chequeos sanitarios son fundamentales antes de realizar la plantación”, dijo Constanza Joya, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), durante la jornada “Caña de azúcar: estado sanitario y estrategias de manejo durante la campaña 2020/2021”, que organizó la entidad agrocientífica.
Añadió que las enfermedades sistémicas constituyen uno de los factores limitantes de la producción de los cañaverales, al ser la multiplicación comercial de la caña de azúcar por estacas (agámica). En este sentido, destacó principalmente al raquitismo de la caña soca, conocida como RSD.
“Esta enfermedad es una de las económicamente más importantes a nivel mundial, ya que puede ocasionar pérdidas de hasta un 50% en variedades susceptibles y, al no presentar síntomas visibles característicos, su identificación en el campo es dificultosa”, dijo Joya. Y señaló que la sección Fitopatología de la Eeaoc realiza la detección de la bacteria causante del RSD (Leifsonia xyli subsp. xyli) en muestras de tallos provenientes de lotes comerciales integrando un servicio que brinda la institución a los productores cañeros y a los ingenios.
En cuanto a las claves para tener en cuenta a la hora de efectuar el análisis, el productor debe planificar la toma de muestra, considerando que la edad óptima del cultivo para detectar al patógeno es desde los siete meses del inicio de la brotación. Además, tomar 20 tallos cada cinco hectáreas, seleccionados al azar y de diferentes cepas y entre cada corte desinfectar las herramientas o machetes con lavandina al 10% o amonio cuaternario al 3‰.
Finalmente, Joya recalcó que la principal estrategia de manejo de esta patología es multiplicar caña semilla sana. “Es necesario hacer todos los años antes de la plantación, un chequeo sanitario de los lotes utilizados como semilleros”, dijo. Y subrayó que el uso de técnicas de diagnóstico adecuadas y el monitoreo continuo llevaron a una reducción en los niveles de RSD en Tucumán; actualmente entre el 70% y el 80% de las muestras analizadas en laboratorio (campaña 2020/2021) resultaron aptas para su empleo como caña semilla.