Jardines y exteriores

Hay varias plantas que son famosas por ganar y resistir a la batalla térmica tucumana. La sansevieria (lengua de suegra), las verbenas, las cortaderas y el aloe vera integran este grupo.

En patios o balcones con luz solar directa, una buena alternativa ornamental es optar por las gazanias, las petunias, las clavelinas, las vincas (sus tonos rosados son hermosos), las virreinas y los copetes. Sin olvidarnos del encanto de los pensamientos y los conejitos.

Para áreas con media sombra o sectores que miren al sur, pueden ir como anillo al dedo la alegría del hogar, la flor de azúcar y las prímulas.

Plantas de interior

Las que mejor se bancan la temporada son la hiedra, el dólar, el potus (no recomendado al tener mascotas), los malvones y los lazos de amor (también llamados cinta o malamadre).

“Además estas variedades son capaces de crecer en agua y eso aumenta sus posibilidades de supervivencia si no somos muy cuidadosos. Un dato extra es evitar colocar los frascos o jarrones cerca del aire acondicionado o ventilar. Ese tipo de circulación de aire es bueno para nosotros, sin embargo, tiende a afectar la resistencia de las plantas”, detalla la florista Guillermina Lopatin.

Suculentas y cactus

Se adaptan a la perfección a las zonas secas y áridas. Para ellas la sugerencia central es asegurarnos su riego semanal o cada 10 días sin sobrecargarlas.

“La técnica de meter un palito en la tierra y chequear si sale húmedo es una manera rápida de comprobar su estado. En caso de sufrir laceraciones por el sol o tener agua de sobra las suculentas suelen mostrar un color rojizo o amarillento”, señala Lopatin.

Riego e hidratación

Más que en la cantidad de agua, la clave para macetas y canteros atractivos reside en los horarios y el método de riego que empleemos. Siempre hay que regar las plantas al atardecer o por la noche.

“El motivo es que durante el resto del día el agua se evapora por la presencia del sol, el efecto refractario de la luz o el estrés en vez de descender hasta las raíces y nutrirlas. Además hay ocasiones en las cuales la tierra yace demasiado compactada; eso genera que el líquido se estanque y luego haya moho o las plantas mueras”, explica la viverista Mérida Riera.

Sobre el tipo de agua es preferible recolectar la de lluvia o purificada. “En Tucumán la que sale de la canilla trae mucho cloro y los nutrientes son menores. A la larga este cambio hace una gran diferencia en el crecimiento y el mantenimiento de ramos en los floreros”, afirma.

Suelo y sustratos

El mejor truco para retener la humedad y crear un microclima ideal para las plantas con flores o arbustos es cubrir el suelo con una capa de dos centímetros de restos orgánicos. Por ejemplo, valiéndonos de mantillo (mulching), hojas, pasto o paja seca o chips de madera.

“Este agregado disminuye recalentamiento de la tierra cercana a las raíces y es igual de beneficioso mezclar el sustrato con un poco de perlita o aprovechar y sumar humus de lombriz mientras regamos”, señala Riera.

En caso de emplear productos químicos es fundamental nunca hacerlo durante el mediodía. “A esta altura del año es positivo emprender una poda de limpieza para librarnos de las malezas y troncos u hojas muertas antes de enero. Lo mismo va para el trasplante de macetas y la formación de esquejes”, aconsejan los especialistas.

Compostaje

Con el pronóstico de un verano sofocante también debemos implementar algunos cambios al compostar. “El calor excesivo hace que los líquidos del compost se fermenten, produzcan olores bastantes fuertes (y hasta tóxicos) y aparezcan los mosquitos por la humedad. Para revertirlo es imprescindible que la compostera cuente con una correcta ventilación y jamás se exponga al sol directo”, explica la ambientalista Marisa Arancibia.

Otro consejo es vaciar con mayor regularidad los módulos en donde quedan almacenados los lixiviados y tapar la compostera con una malla. “Por último, resulta útil revolver a diario el compost para atenuar la temperatura y, luego de cocinar, colocar los restos de frutas y verduras en envases herméticos hasta que sea tiempo de trasladarlos”, agrega.

Moscas de la fruta

La primavera y el verano se caracterizan por la mayor aparición de moscas de la fruta. De por sí, dichos insectos ayudan a descomponer la materia orgánica, pero pueden volverse perniciosos cuando su presencia es excesiva.

“La causa principal es que depositamos nuestros residuos húmedos sin cubrirlos con otra capa de desechos secos (hojas, troncos, cartón, viruta de madera, etcétera). El resultado es que las moscas hembras, atraídas por el aroma de las frutas o verduras y su pH, pongan los huevos allí”, detalla Arancibia.

Una sugerencia fácil es confeccionar una trampa casera con una botella llena de agujeros y vinagre para desviar así su atención del compost.

Invitados deseados

Hay plantas que gracias a la tonalidad de sus pétalos, perfume y el néctar que emiten para atraer a polinizadores nos permiten deleitarnos con la visita de muchas mariposas, colibríes y abejas a nuestros jardines. “El secreto está en plantar especies con flores en tonos anaranjados, amarillos, rojizos y violáceos. Por ejemplo, tenemos la lavanda, petunia, caléndula, dalia y salvia. Además de los girasoles, geranios, canarios rojos y lantanas (caracterizadas por su forma de ramillete)”, explica la paisajista Mérida Riera. Igualmente atractivas, entre las hierbas aromáticas figuran la manzanilla, romero, tomillo, menta y albahaca.

LA GACETA/FOTO DE FRANCO VERA

Huertas en casa

A poco de arrancar noviembre, es momento de poner a punto nuestra huerta. Entre los cultivos propicios para esta estación se destacan la berenjena, la calabaza, la mandioca, el tomate (cherry o común), el zapallo, el zapallito, el morrón y el maíz dulce. El calendario de siembra recomendado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) agrega también la chaucha, la chaucha, la papa, el pepino y los pimientos. Entre las frutas aparecen el melón (según su variedad) y la sandía y en la categoría de “hojas verdes” la lechuga mantecosa y la rúcula. Los cocineros que disfrutan de usar ingredientes frescos están a tiempo de llenar las macetas con albahaca, romero, orégano, perejil y eneldo.