Bajo el lema “unidos” (“United”) se lleva adelante este 29 de octubre el “Día mundial de la psoriasis”, un evento promovido por la Federación Internacional de Asociaciones de Psoriasis (IFPA), que busca dar voz a las personas que viven con la enfermedad y que se conmemora cada 29 de octubre.
Se estima que, en Argentina, entre el 2 y 3% de la población vive con psoriasis, una enfermedad crónica e inflamatoria que se manifiesta fundamentalmente en la piel en forma de placas y escamas blancas y rojas localizadas con mayor frecuencia en codos, rodillas, tronco y cuero cabelludo. Compromete al sistema inmune e impacta en múltiples áreas del organismo. Puede aparecer tanto en hombres como en mujeres y presentarse a cualquier edad, tanto en lactantes, niños como en adultos.
Si bien aún debe remarcarse que no es una enfermedad contagiosa, que las placas en la piel estén a la vista, en ocasiones pueden generar rechazo o temor. Muchas personas aún la consideran como una patología menor o cosmética, que solo afecta la piel, ignorando la realidad de su alcance y subestimando su gravedad e impacto en todo el cuerpo, desde las articulaciones hasta el corazón, e incluyendo la salud mental. Se estima que 3 de cada 10 personas con psoriasis puede desarrollar además artritis psoriásica y aquellas con una condición severa tienen además más probabilidades de tener un evento cardíaco mayor, de desarrollar diabetes tipo 2 y más probabilidades de tener un accidente cerebrovascular. Las relaciones familiares, laborales y sociales pueden verse afectadas y es por esta razón que el paciente puede sentir inseguridad, preocupación, vergüenza, frustración, estigmatización, ira, baja autoestima y síntomas depresivos.
“El impacto suele ser psico-afectivo, ya que se trata de una enfermedad estigmatizante. Los pacientes se aíslan en actividades laborales y sociales”, expresó Beatriz Gómez, médica dermatóloga y miembro del servicio de dermatología del Htal. Avellaneda de Tucumán.
El diagnóstico a tiempo, un tratamiento temprano y su correcto cumplimiento, permiten evitar serias complicaciones, así como un mejor manejo de las mismas. Hoy el control de la enfermedad es posible porque, si bien no existe una cura, los tratamientos han evolucionado notablemente permitiendo a los pacientes una mejor calidad de vida y el camino hacia la remisión. En este punto, los especialistas afirman que es fundamental la adherencia y constancia ya que, si los mismos no se realizan de forma correcta, no se obtienen los resultados esperados. También advierten acerca de la importancia de un enfoque multidisciplinario de la enfermedad.
“La importancia del diagnóstico temprano es la básicamente la prevención de lo q llamamos comorbilidades o enfermedades asociadas, como la artritis psoriásica o el daño cardiovascular, que impactan sobre la calidad de vida de los pacientes” agregó.
Los médicos insisten en la importancia de no abandonar las consultas y aseguran que los pacientes no deben suspender los controles ni los tratamientos. En enfermedades como la psoriasis, llevar adelante un control periódico es fundamental.