Cerca de 5,5 millones de niños argentinos son elegibles -la campaña ha arrancado hoy en Tucumán- para recibir la vacuna Sinopharm contra el coronavirus. La resolución del Gobierno nacional de incorporar la inoculación pediátrica ha hecho que los padres tengan que enfrentar una decisión difícil. Como aún la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha autorizado ningún suero para los niños pequeños y no hay una postura unívoca entre los países del primer mundo, sus familiares están en una posición particularmente angustiosa: ¿tengo que vacunar a mis hijos? ¿Para qué si ellos no se enferman de gavedad? ¿Cuáles son los efectos adversos? ¿Por qué se decidió usar el fármaco chino? Esas son algunas de las preguntas que, desde la semana pasada, reciben los pediatras tucumanos.
"La inquietud de los padres es compartida por la comunidad médica", reconoce el doctor Gustavo Costilla Campero, infectólogo y jefe del Servicio de Infectología del Hospital Padilla, de esta provincia. No obstante, enseguida proporciona algunos de los motivos que llevan a él y a sus colegas, en su mayoría, a recomendar la vacunación. Primero, aclara que sí hay un riesgo de gravedad en los niños, aunque en menor proporción que en relación a los adultos. "Y ese riesgo se puede reducir, simplemente, con las vacunas", razona. Segundo, la vacunación en niños y en adolescentes servirá para frenar probables olas de contagio, especialmente de nuevas variantes como delta. Y en tercer lugar, un mayor porcentaje de población vacunada garantiza una disminución de fallecimientos adicionales en mayores de 60 años, enumera.
De hecho, las proyecciones realizadas con modelos de propagación del covid-19 muestran que se debe iniciar la inoculación en esa franja etárea cuanto antes, añade Costilla Campero. Pero, ¿es válido vacunar a un niño para evitar que infecte a otras personas? ¿Puede haber algún riesgo para los chicos? El médico reitera el principal argumento de los expertos: que inmunizar a los menores ayudará a interrumpir las cadenas de transmisión y contener al virus. Pero aclara que no se trata de proteger a los adultos, únicamente. Sino que los niños también pueden enfermar de gravedad, repite. "Cada 2.000 niños vacunados, se evita una internación en ese grupo de edad", precisa. Incluso afirma que hay muchísimas infecciones confirmadas en menores. Y que aquellos con enfermedades de base y los bebés de menos de un año son los más susceptibles. "En otros países se está observando que la hospitalización de niños está aumentando debido a la circulación de delta. Lamentablemente, uno de cada tres niños que son internados deben ser derivados a salas de terapias intensivas", revela.
Además, menciona la existencia del síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico post covid, que es una afección grave cuyo desenlace puede ser mortal. Con respecto al empleo de Sinopharm, el infectólogo explica que los datos recabados en ensayos de fases I y II sobre seguridad (eventos adversos) e inmunogenicidad (eficacia) resultan muy tranquilizadores. "Entre los niños, se ha visto un buen nivel de anticuerpos y bajos efectos adversos. Sin embargo, sabemos que faltan los estudios de fase III", admite.
Ante la consulta de LA GACETA, la doctora Gabriela López Romano -de la sala de enfermedades Infecciosas del Hospital del Niño Jesús- recurre a un libro escrito por Angela Gentile, infectóloga pediátrica, epidemióloga y asesora del Gobierno nacional, titulado "Covid-19: desafíos para el pediatra". En ese manual, se explican las características clínicas de la enfermedad en los menores, se dedica un capítulo completo al síndrome inflamatorio multisistémico y se detallan las características de las vacunas que se encuentran en fases de investigación avanzadas.
Ahí se distingue que Sinopharm puede ser producida tanto en Wuhan, la ciudad en la cual surgió el coronavirus, como en Beijing. En ambos casos, los eventos adversos más frecuentes detectados han sido dolor en el sitio de la inyección y fiebre. En cuanto a la media geométrica de títulos de anticuerpos neutralizantes, se declara un porcentaje superior al 90 %. No obstante, a esa cifra se llega tras un esquema de tres dosis en un período de 56 días (casi dos meses).
En otro tomo emitido recientemente por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y citado por López Romano, se indica que desde el inicio de la pandemia y hasta el pasado 4 de octubre se habían notificado en nuestro país 192.000 casos sospechosos en menores de 18 años. La media de edad fue de 13 años. Casi el 6 % de esos reportes se verificó en bebés.
¿ Y si mi hijo tiene cardiopatías que desconozco? El doctor Jorge Tazar, presidente de la Sociedad de Cardiología de Tucumán, contesta a este diario que el beneficio de la vacunación es mayor que el riesgo y que no se han visto en los ensayos complicaciones de ese tenor con Sinopharm, entre otras razones esgrimidas.
Más voces a favor
Pero, ¿qué más se sabe de este fármaco? ¿Qué argumentos sostienen su postulación para menores? El primero (aunque no en orden de importancia, tal vez) es el stock. A fines de octubre, Argentina tendrá más de 12 millones de dosis para dar cobertura a esa población de alrededor de 5,5 millones de chicos entre tres y 11 años; es decir, habría dos dosis para cada uno. De los otros sueros aprobados en menores (Moderna y Pfizer), las jeringuillas no son tantas.
La segunda razón radica en que Sinopharm tiene estudios sobre la seguridad e inmunogenecidad de su fórmula. Se utiliza para población pediátrica en China, Emiratos Árabes Unidos y El Salvador. Chile también comenzó a vacunar a niños, aunque con otra vacuna de origen chino y la misma tecnología: Sinovac. En un ensayo clínico de fases I y II con más de 1.000 participantes de entre tres y 17 años, sólo se detectaron reacciones adversas leves. Y los voluntarios generaron en promedio una buena respuesta de anticuerpos neutralizantes. Por el contrario, Sputnik V y AstraZeneca -las otras marcas con buen stock en este país- todavía no han mostrado resultados en ensayos con población menor. Finalmente, el tercer argumento a favor es que, al ser una vacuna de virus inactivado, tendría probada su seguridad.
"Sinopharm es una muy buena vacuna. Utiliza una tecnología conocida, la de virus inactivado, que es similar a otras que se aplican en niños hace mucho tiempo. En general, estas vacunas son seguras", dice el doctor Guido Torres Busquets, especialista en cuidados intensivos pediátricos. "Hoy, los chicos han pasado a ser prácticamente el único grupo vulnerable: el resto de la población está vacunada. En consecuencia, se debe vacunar a los niños. Eso garantiza la presencialidad en las escuelas, evita las formas graves de la enfermedad y disminuye las mutaciones. Además, debe haber habido muchísimos niños con coronavirus pero sin diagnóstico", acota.
La doctora Marcela Djivelekian coincide, pues plantea que teniendo en cuenta las mutaciones que ha ido presentando este virus, el grupo etáreo pediátrico sería ahora el de mayor riesgo. "Los menores pueden convertirse en reservorios virales", entiende la especialista en pediatría, médica de planta del Hospital de Niños y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
A su turno, la pediatra y neumonóloga infantil Nora Mamaní recuerda que un par de años atrás, cuando apareció la vacuna contra la gripe A, también hubo desconfianza. "El temor de los padres resulta comprensible: por lo general, las investigaciones de las vacunas duran entre cinco y 10 años. Pero en estos casi 20 meses de pandemia, hemos visto fases de estudio veloces. No tenemos respuestas a largo plazo, pero sí muchos equipos científicos trabajando en lo mismo y viendo qué hacer. No debemos tenerle miedo a los efectos adversos", afirma.
De acuerdos a los datos del Renaper, en la provincia hay 227.213 menores en condiciones de recibir las dosis del laboratorio Sinopharm y hasta el momento el Sistema Provincial de Salud (Siprosa) cuenta con un stock de 171.000 vacunas. Se espera que en las próximas semanas se habilite también la inoculación para los chicos de 12 y 13 años, los únicos que están quedando pendientes. En su caso, probablemente se use Moderna, tal como sucedió con la franja que va desde los 14 años hasta los 18 años.
Qué hacen otros países
La vacuna de Sinopharm que ha comprado la Argentina ha sido desarrollada por la Corporación Grupo Farmacéutico Nacional Chino (conocida como Sinopharm) en colaboración con el Beijing Institute of Biological Products. Los resultados de Fase III no fueron aún publicados; sólo trascendió públicamente que han resultado positivos.
Alemania, Francia, Italia, España, Dinamarca y Francia son algunos de los países en los que se puede pedir cita en el vacunatorio desde los 12 años. Pero las diferentes naciones todavía no avanzan claramente con respecto a los más chicos. Empero, los cubanos han sido pioneros en inocular a niños desde los dos años, con una fórmula propia. Como se mencionó un par de líneas arriba, China, El Salvador y los Emiratos Árabes Unidos también han aprobado vacunas para pequeños. Los niños estadounidenses podrían recibir la vacuna en algún momento cercano (fines de octubre), pues aguardan la aprobación de su ente regulador. Lo mismo podría ocurrir en Europa. En ambos territorios se emplearía Pfizer.
En el Siprosa estiman que ya hay circulación comunitaria de la variante Delta en Tucumán