“Estamos aquí para darle un mordisco al Universo. Si no, ¿para qué otra cosa podemos estar aquí?”. A 10 años y unos días de su muerte, los (muchos e inmensos) mordiscos que Steve Jobs le dio siguen “haciendo ruido”.

No se puede hacer en este texto un listado exhaustivo de esos “mordiscos”; tendremos que contentarnos, entonces, con pensar que no sólo “democratizó” la tecnología, haciéndola sencilla de usar y comprensible; además fue capaz de imaginar, 10 años antes de que fueran técnicamente un realidad, un mundo con servicio de streaming, con teléfonos que para lo que menos se usan es hablar; con televisores inteligentes y conectados a Internet... y eso no es todo.

Su modo de pensar los desarrollos tecnológicos -asegura a LA GACETA el ingeniero electrónico Oli Alonso- “fue revolucionario”. “Lo fue en dos aspectos que, en mi opinión, son fundamentales: en su visión de la tecnología y del uso que la gente necesitaba y quería hacer de esa tecnología -explica-. Y eso nos lleva a la segunda cuestión que es la más importante: nunca pensaba en primer lugar en el producto, sino en el usuario. Apple nunca se caracterizó por diseñar un producto y después ver cómo lo vendía, sino exactamente al revés”.

“Las propagandas de Apple, al menos hasta hace unos años: no mostraban el producto. Lo que vende Apple es la pertenencia, la comunidad de usuarios... por eso la gente se vuelve loca haciendo cola para comprar la última versión de los productos”, agrega; resalta que, inspirado en Nike, Jobs creó una “marca aspiracional”.

El diseño

También las formas de los productos Apple enamoran. Pero esas formas no sólo una cuestión de estética.

“La mayoría de las personas piensa que el diseño es una capa, una simple decoración. Para mí, nada es más importante en el futuro que el diseño. El diseño es el alma de todo lo creado por el hombre”, sentenció Jobs. Pero agregó: “el diseño no es lo que se ve y se siente. El diseño es cómo funciona”.

“Él, como nadie, combinó el toque artístico con la perspectiva de un ingeniero para construir una compañía extraordinaria”, fue la descripción que hizo de Jobs, poco después de su temprana muerte, Eric Schmidt, que era el presidente del directorio de Google.

Y Alonso destaca que también los rasgo del diseño se basan en las necesidades y los deseos de los usuarios: “los diseñadores de Apple trabajan con las mismas premisas: facilidad de uso, simplicidad y funcionalidad. Y eso ya de por sí les da un valor estético”, agrega Alonso.

La tecnología

Estos mordiscos en el modelo de desarrollo de productos no fueron la única revolución de Jobs, señala Alonso.

“En Apple inventaron un montón de dispositivos que también fueron revolucionarios. El Ipod, por ejemplo, cambió la forma en que la humanidad escucha música”. Y con Pixar, dio a luz los “dibus” animados hechos por computadora...

Nada de esto (que es una mínima síntesis) fue producto de la casualidad.

“Porque la gente está tan loca como para pensar que puede cambiar el mundo es que lo logra”, sentenció también Jobs alguna vez.

¡Gracias al Universo por este tipo de locuras!

CINCO REVOLUCIONES DE STEVE JOBS

Posibilitó la Smart TV: diseñó el “abuelo” del chromecast

Ahora cualquier marca de televisores puede ofrecer tecnología para conectarse a Internet; y si tu TV es más viejita, dispositivos como el Chromecast te o permiten. Pero Jobs lo lo creó 10 años antes que cualquiera, y el Apple TV fue el primero: por  primera vez un aparato permitía que una TV se conectara a Internet, escuchar música y ver contenidos especiales.

Teléfonos inteligentes: un sacudón en la tecnología móvil

El iPhone revolucionó a la tecnología móvil porque fue  el primer teléfono con diseño minimalista y atractivo, y puso de moda las pantallas táctiles en los smartphones. Un año después de su creación  integró aplicaciones, lo que lo hizo aún más versátil. El invento fue tan exitoso, que sigue siendo el smartphone más vendido en todo el mundo.

Inventó el streaming: el primer dispositivo fue el iPod

Todo empezó con la música. El iPod, que se desarrolló sobre la base del iTunes, funcionaba en forma muy parecida a como ahora lo hace Spotify: te permitía construir, a demanda, tu propia lista de canciones. Solo que entonces, en lugar de pagar una cuenta mensual para acceder a ellas, debías comprarlas una a una por un precio muy pequeñito (centavos de dólar). El servicio, a su vez, transformó a la industria de la música, ya que antes de iTunes cualquier persona podía descargar música ilegalmente sin aportar ningún ingreso a su creadores; desde entonces   cantantes y músicos pudieron encontrar una alternativa ante la inminente e inevitable caída de ventas de discos físicos.

Computadoras: sencillez, “todo en uno”, intrfaz gráfica e Internet

La iMac fue la primera “todo en uno”, con hardware y software en un mismo sitio; lo único que se conectaba eran el teclado y el ratón, sin necesidad de torres. Además, se desarrolló con la intención de que la información se obtuviera de Internet; y entonces no traía entrada para los famosos “disquetes”. Pero por sobre todo, fue la primera computadora  personal con interfaz gráfica de usuario (en lugar de comandos de teclado): el sistema de iconos, carpetas y ventanas, y el “mouse” para desplazarse por la pantalla fueron fundamentales para la popularización del uso de las computadoras (hasta entonces casi exclusivas del ámbito profesional de informáticos y programadores). También, por primera vez, se dio libertad a los usuarios para elegir la tipografía; hasta entonces sólo se disponía de un tipo de letra, como  las viejas máquinas de escribir. También impusieron el puerto USB (creado por Microsoft e Intel) para simplificar las conexiones, hasta entonces dependientes de puertos de conexión variados e incompatibles.

Bienvenido, Pixar: el encuentro de la tecnología con la industria del entretenimiento  

Jobs y sus socios de fueron los primeros en producir películas de animación creadas por computadora. En 1986 Jobs había hecho una apuesta fuerte: comprarle a George Lucas su parte de lo que  después fue Pixar (fundada formalmente en 1986). Y cuando el corto Tin Toy (historia de unos juguetes que tratan de escapar de un bebé aterrador) ganó un Oscar decidieron hacer un largometraje, con otra una historia de juguetes. Necesitaban un estudio grande, y en 1991 se sumó Disney. El acuerdo: Pixar produciría tres largometrajes animados, de los cuales el primero sería Toy Story. Su estreno en 1995 representó la ansiada consolidación de Pixar como  estudio de animación; fue un hito en la historia del cine: la primera película animada digitalmente en su totalidad. Y -es historia conocida- fue también un éxito comercial al que le siguieron muchos más.