“Nos reunimos para hablarles del amor, de ese amor que salva de la guerra, de las conductas políticas y de los crímenes; y que se perpetúa incluso después de la muerte. Nos reunimos para entronizar el amor”.

De este modo se anuncia “Despedidas”, dos textos breves de Héctor Levy-Daniel que se estrenarán juntos esta noche, a las 21 en La Sodería (Juan Posse 1.141), con la dirección de Jorge de Lassaletta y las actuaciones de Sandra Virgolini, Lilian Mirkin, Indio Armanini y Fabián Bonilla.

“Despedidas” tiene estructura que De Lassaletta define como lírica; mientras que “La inquietud de la sra. Goebbels” es, para el director, la reconstrucción onírica de los hechos cometidos por los personajes reales en su vida, con miras a reconocer y elaborar su conducta.

“El plural del título habla de que el amor no termina, y que alimenta su fuego el peligro de perderlo junto con la vida. Triunfa sobre la muerte y revela otra perspectiva de la vida que fue. La obra nos introduce a distintas ausencias: la del soldado ausente por la guerra; la del desaparecido o desaparecida; la de la o el amante vivo cuyo ser amado muerto pervive aún en su corazón. Y también de los devaneos de dos amantes aguerridos y del encuentro anacrónico de dos personajes históricos que ya se habían despedido hace mucho tiempo”, anticipa.

La puesta se articula en dos relatos planteados desde distintas estéticas pero con el mismo objetivo, según el diálogo del director con LA GACETA: “Levy-Daniel habla de un amor escurridizo, a veces inasible, y también del que se perdió pero que fue. Amoroso en última instancia, aparece para cobijarnos en la hora más sola y oscura”.

“Hay que hablar del amor por muchas cosas: porque salimos de una pandemia, más pobres y más solos que antes; porque esta situación no nos salvó moralmente, sino que el ser humano está más egoísta por más miedoso; porque la grieta no cesa de ensancharse y de enfrentar a los hermanos, y uno de ellos es Caín”, explica.

La dramaturgia del autor argentino trabaja constantemente con la memoria, tanto en estos como en otros textos, comprometido con el pasado reciente de los desaparecidos en la dictadura militar. “Siempre hace ejercicio con este compromiso, y no sólo en referencias distanciadas en tiempo y espacio, a la manera de Bertolt Brecht, donde apela a nuestra propia memoria como argentinos”, remarca.

“Cuando nuestros amantes atraviesan para verse las fronteras de la guerra, perfectamente se asimilan a las fronteras de la muerte -amplía-. También el más allá se instala en la larga nostalgia del recuerdo y de una extensa ausencia, donde los rostros se desdibujan. Creo que en nuestra vida se perpetúa el amor en nuestros homenajes, nuestros brindis, nuestros cantos, nuestros sentimientos que convocan a nuestros muertos. De ninguna manera las ‘Despedidas’ son el final de nada: en la estructura cíclica de Levy-Daniel, se plantea el mito del eterno reencuentro”.

El montaje, al ser dos obras interrrelacionadas, exigió un trabajo especial con los protagonistas. “Para cada una fue distinto. En la primera se plantean roles genéricos que expresan una visión universal de los amantes, en una acción que concebí cada vez más musical en su devenir con exigencias desde el cuerpo, pautas temporales y espaciales precisas, y momentos donde el texto analítico, sintético y con motivos de reiteración, suena verdadero en la pasión ‘en blanco’ de estas dos máscaras que se expresan con toda sencillez. Por el contrario, ‘La inquietud...’ está inspirada en seres históricos, absolutamente definidos en su caracterización, y con lógica y verdad en sus procesos de conducta al tomar conciencia de sus actos”, describe.

“El amor y la guerra son dos fuerzas que conviven en un debate eterno; me atrevo a conjeturar que, como el yin y el yan, van forzando al hombre hacia su liberación o aniquilamiento”, concluye.