Un poco inhibido admite contar el origen de su apodo, "Burra". "Me lo puso un vecino, porque yo era muy terco en mis comienzos en el fútbol; jugaba con gente de mayor edad, no tenía miedo... tenía un carácter especial para el deporte", cuenta Sergio Mansilla, el flamante presidente subrogante de la Legislatura, a Federico van Mameren, durante la entrevista que el ex senador concedió a Panorama Tucumano.
Guiado por el conductor del ciclo de LGPlay, Mansilla recordó su origen en la política, y su posterior relación con el ex gobernador -actual senador en uso de licencia- José Jorge Alperovich, bajo cuya gestión el ex intendente de Aguilares llegó a la Cámara Alta.
"Soy un dirigente del interior, con las características naturales de un dirigente del interior: empecé de abajo en la militancia; a los 22 años ya era concejal", dijo. En paralelo a esos inicios políticos se desempeñaba como arquero de Jorge Newbery. "El deporte me dio mucho; me dio muchos amigos. Pero la política me hizo aprender muchas cosas. En los primeros tiempos era una persona con carácter fuerte, no escuchaba tanto como ahora. La madurez y el paso del tiempo te hacen aprender cosas; y hoy no haría las mismas cosas que hice cuando era concejal", reconoció Mansilla.
Cuando Van Mameren le preguntó a qué se refería respondió: "tenía un carácter especial; creía que tenía la verdad absoluta. Y el político que cree que tiene verdad absoluta está equivocado".
Señalo que Alperovich fue el único político con el cual supo construir un vínculo afectivo. "Él me trajo del interior; yo venía de unas malas elecciones, había perdido el municipio, y me trajo y me ubicó en la Secretaría del Interior, un cargo muy importante", dijo.
Recordó que el senador había llegado al Gobierno con una mente netamente empresarial. "Luego fue aprendiendo. Y si bien ante la opinión púbica parecía que no escuchaba, uno que lo conocía se daba cuenta de que sí. Y cambió; si no hubiera cambiado no hubiera durado 12 años en el Gobierno", dijo.
El domingo 12 del mes en curso, a instancias de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el espacio que integra Mansilla, liderado por el gobernador -en uso de licencia mientras ocupa el cargo de jefe de Gabinete de la Nación-, Juan Manzur, se impuso en las urnas por sobre el sector que encabeza el vicegobernador -actualmente, a cargo del Poder Ejecutivo provincial, mientras dura la licencia de Manzur-, Osvaldo Jaldo, por alrededor de 100.000 votos.
Mucho se habló de la fuerza del aparato -una relación de 10 a 1, en cuanto a recursos- para explicar la victoria manzuristas. Mansilla admitió que en la interna el peronismo utilizó el aparato, pero relativizó la importancia de este. "Yo tengo la percepción de que la gente siempre tiene la última palabra. El aparato te sirve hasta la puerta de la escuela; luego, la gente que tiene una idea en la cabeza entre sola al cuarto oscuro.
El peronismo en esta interna utilizó el aparato en forma importante; en algunas elecciones sirve para ganar, en otras no te alcanza. En política los recursos son importantes, pero no tanto como la gestión", dijo.
Presumió de que siempre estuvo dentro del Partido Justicialista, aunque no criticó a los que "van y vuelven". "Yo pasé por todos los cargos dentro del partido; siempre dentro. Yo estoy donde estuve siempre; es lo que tengo para ofrecer", afirmó.
Rechazó de plano que el manzurismo haya considerado avanzar con una reforma constitucional con el objetivo ulterior de consagrar una nueva posibilidad de reelección. "Aparte de que nunca escuché algo así no estaban dados los tiempos políticos. Cada uno hace su estrategia electoral: los que estaban al frente nuestro eligieron eso. Pero no era la idea. Cuesta entender; aún hay muchos heridos, las elecciones internas dentro del justicialismo dejan muchos heridos", admitió.
Consideró que Manzur no podía evitar su partida hacia la Casa Rosada. "En otras circunstancias se le puede decir que no al presidente (Alberto Fernández). Pero estamos en un momento crítico, de mayor debilidad. En la crisis hay que priorizar la Patria, más allá de los hombres. La oposición cree que utilizamos esa frase como muletilla, pero es cierta. No es fácil subirse al barco con la derrota electoral. Yo sentía una gran incertidumbre, porque sabía que Tucumán tenía una oportunidad histórica: si la situación hubiera sido otra a Manzur lo habríamos llevado en andas hasta el aeropuerto", manifestó.
Contó que el encuentro del lunes entre Manzur y Jaldo -que no se hablaban, siquiera, desde el 8 de marzo- fue amigable. "Entendieron que Tucumán no podía perder la oportunidad histórica. Dijeron que se iban a colaborar mutuamente. En nuestro sistema de Gobierno, después del presidente y del vicepresidente está el jefe de Gabinete; y ningún tucumano, salvo los presidentes (Julio Argentino Roca y Nicolás Avellaneda) tuvo la posibilidad de ocupar semejante cargo; es una oportunidad histórica para la provincia", afirmó.
Dejó en claro que su lugar como presidente subrogante de la Cámara es circunstancial; se considera un par de los otros 48 legisladores, a diferencia del vicegobernador, que resulta electo de manera distinta. "Me sorprendió que se hable de mí; nunca imaginé que Manzur iba a llamarme; pero mi conducta verticalista debe haber ayudado. Yo no tengo los votos para estar en ese lugar; cada uno de los legisladores tiene el mismo derecho que yo", indicó.
Definió a Manzur como un "tipo trabajador", que trabaja 14 horas por día. De Jaldo dijo que era un político de raza, que a veces se equivoca y que tiene ahora la oportunidad de reencauzar todo lo que ocurrió. Estimó que ambos se sentarán a conversar sobre la estrategia electoral para los comicios generales del 14 de noviembre
"No nos queda otra que el diálogo; las circunstancias del país y de la provincia lo exigen; no puede ser de otra forma. Hay que dialogar; y mucho. Debemos entender. Fue una interna durísima; en la forma, en el territorio, en los festejos", dijo.