La falsa médica Giselle Rímolo, condenada por homicidio culposo, logró la libertad condicional hace dos días. Pero todavía no pudo volver a su casa de Tigre porque hay una guardia periodística instalada en el lugar. 

Según un informe que publicó Infobae, en su primera noche fuera de los muros del penal de Ezeiza sufrió ataques de pánico y un pico de presión que obligó a las personas que la acompañaban a llamar a una ambulancia. 

“El miércoles cuando salió del penal iba camino a su casa en Don Torcuato pero debió cambiar de destino porque había móviles de televisión y fotógrafos. Decidió ir a la casa de una pareja amiga y quedarse con ellos hasta que baje la espuma mediática. El problema es que apenas llegó se puso a ver televisión y eso le hizo muy mal”, contó a ese medio una fuente cercana a la mujer.

Si bien a la ex pareja de Silvio Soldán todavía le queda parte de la condena por cumplir, el estímulo educativo la ayudó a reducir varios meses de prisión: en la cárcel realizó cursos de marroquinería, de manicura y armado de calzado a mano.

En el documento que selló su liberación anticipada, se detallan una serie de informes de distintas áreas del Servicio Penitenciario Federal que califican su actitud en cuanto a higiene, comportamiento y disciplina como “casi perfecta”.

El examen de la División Seguridad Interna del SPF asegura que “mantiene en condiciones su sector de alojamiento al igual que su higiene personal y la de sus elementos particulares”. Por su parte, desde el área de Asistencia médica, referenciaron que su tratamiento psicológico “se desarrolla en forma regular con buena evolución” y que actualmente “concurre con buena predisposición al espacio psicoterapéutico”.

Sin embargo, donde mayor énfasis hacen las autoridades que la evaluaron dentro de los muros del penal de Ezeiza es en la empatía que habría generado con sus víctimas: “La interna ha logrado desarrollar dicha capacidad, dimensionando la gravedad de los hechos cometidos como así también el impacto de los mismos, asumiendo la responsabilidad que le compete. Es de mencionarse que manifiesta intencionalidad de reparación de daño”.

Además, Rímolo está a punto de ser abogada. Le falta rendir solo seis meterias para completar la carrera que comenzó en la universidad Siglo XXI mientras estaba en libertad y que continuó tras los muros de Ezeiza. 

Su allegado contó que “por el momento no dará entrevistas y se quedará en la casa de sus amigos hasta que esté terminada la vivienda que tiene en Don Torcuato o elija otra casa. No tiene obligación alguna de vivir ahí por más que fue el domicilio informado. Es una persona libre, sin tobillera, que sólo tiene que cumplir algunas pautas”.