Una vez más, ayer, la oposición alfarista fracasó en su pretensión de insistir con la ordenanza que obliga al intendente de San Miguel de Tucumán a tomar licencia si es candidato a un cargo electivo. Pero hubo una diferencia con respecto a los dos intentos anteriores: esta vez, la sesión no pasó a un cuarto intermedio, sino que directamente cayó por falta de quórum. Y esa cuestión puede terminar siendo determinante para que el veto que interpuso el jefe municipal, finalmente, quede firme.
El 19 de agosto, el Concejo Deliberante sancionó la norma que determina que Germán Alfaro debe dejar la intendencia durante una campaña electoral si él se postula. Se buscaba, sustancialmente, alejarlo de sus funciones para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias del domingo pasado, en la que la lista de precandidatos a senadores que él encabezaba (Juntos para Construir) se impuso en la interna de Juntos por el Cambio.
Alfaro interpuso el veto total de la norma y sus adversarios convocaron a una sesión para el pasado viernes 3, con el objetivo de insistir el proyecto y convertirlo en ordenanza, lo que cual dejaría a la intendencia sin otro camino más que la promulgación. Para rechazar un veto, se necesitan los dos tercios del Concejo, que cuenta con 18 miembros. La oposición reúne exactamente ese cifra con los ocho ediles manzuristas y los cuatro de Fuerza Republicana. Sin embargo, ese día Alfaro se ausentó de la capital, lo cual obligó al titular del cuerpo, Fernando Juri, a ausentarse del recinto para asumir la conducción del Departamento Ejecutivo Municipal. Entonces, los ediles pasaron a un cuarto intermedio para el lunes siguiente. Ese día ocurrió otro tanto y se pasó a un segundo cuarto intermedio hasta la mañana de ayer. Alfaro volvió a tomar un día de licencia y, esta vez, sólo los legisladores de su espacio bajaron al recinto. Frente a la imposibilidad de reunir 12 concejales para insistir la norma, la oposición no dio quórum y la sesión quedó terminada.
¿Puede la oposición alfarista intentar en otra oportunidad insistir con el proyecto de licencias obligatorias para los candidatos? Sí. Pero ahora el procedimiento es otro. El veto de Alfaro debe ir a una comisión y recibir dictamen (antes había ingresado “sobre tablas”). Luego, hay que convocar a una labor parlamentaria y llamar a una nueva sesión.
Esto insume tiempo y, justamente, la oposición alfarista se está quedando sin ese recurso. De acuerdo con el artículo 29 de la Ley Orgánica de Municipalidades (5.529), “Vetado totalmente (un proyecto sancionado por los ediles), volverá al Concejo Deliberante. Si éste no insistiese en su sanción en el plazo de 15 días hábiles, quedará rechazado y no podrá repetirse en las sesiones de ese año”.
Con lo cual, los concejales tienen un plazo perentorio. Y si el lapso se vence, deberán esperar hasta 2022 para tratar de convertirlo en ordenanza.
En principio, el próximo miércoles expiraría el plazo estipulado por la ley.
Sin embargo, entre los plazos que se acortan y la herramienta de las licencias por “razones personales” que el intendente puede interponer para frustrar la intentona de sus adversarios, en las propias filas de la oposición alfaristas consideran que casi no hay chances de que la norma prospere este año. En definitiva, las PASO ya han pasado y -razonan- seguir fracasando con la insistencia es un desgaste. Sumado al hecho de que si tuvieran éxito, los propios ediles deberán pedir licencia de sus bancas en 2023, cuando ellos también sean candidatos.