Tucumán fue, ayer, una de las pocas provincias donde el Frente de Todos logró imponerse en las urnas.  Hubo celebración en el búnker del oficialismo, donde había mucho más en juego que unas bancas en el Congreso.

Pero el siguiente gráfico también debe servir como un llamado de atención: mientras que en 2019 el Frente de Todos alcanzó el 60% de los votos, ayer llegó al 50%, muy por debajo, incluso, que los comicios legislativos de 2017, cuando los candidatos kirchneristas obtuvieron el 53% de los votos.


Ayer Juntos por el Cambio tenía mucho para festejar en todo el país. Y si bien no lograron pintar de amarillo el mapa de la provincia, es evidente el crecimiento que ostenta esta fuerza política: hicieron su mejor elección de los últimos cuatro años:


El intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, puso hoy los pies en la tierra: "Hay 15 puntos que nos separan del Frente de Todos. Hay mucho para corregir", dijo. Los dos meses que faltan para los elecciones de noviembre son largos. Y está claro que, además, este crecimiento hace que Juntos por el Cambio se anime a soñar con dar el batacazo en 2023.