El electorado retiró los apoyos que habían permitido al kirchnerismo y a sus aliados retornar a la Casa Rosada en 2019. La derrota superó el pronóstico más negativo: la oposición logró el 40% de los votos, nueve puntos más que el oficialismo. El Gobierno se encargó de profundizar la caída al dar una señal temprana de triunfo. Cuando todavía había ciudadanos votando, los precandidatos para la provincia de Buenos Aires, Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán; el diputado Máximo Kirchner y el gobernador Axel Kicillof fueron fotografiados mientras bailaban en La Plata. El festejo terminó alrededor de las 21.45, cuando comenzó la difusión del recuento provisorio que indica que la administración de Alberto Fernández cayó en el decisivo territorio bonaerense y hasta enfrenta la posibilidad de quedarse sin quorum propio en el Senado. Se trata de un revés con ribetes inéditos para el justicialismo, según los politólogos Andrés Malamud y Diego Reynoso.
“Baldazo de agua fría para el Gobierno porque la derrota es nacional. Pierden todos los integrantes de la coalición oficialista, pero (la vicepresidenta) Cristina Fernández de Kirchner es la que pierde más porque ella era la que tenía más para perder”, analizó Malamud desde Lisboa (Portugal), donde reside. Según su criterio, la jefa del Senado y el Presidente quedaron obligados a hacer replanteos, y ahora deberán abrirse y apoyarse en dirigentes como el gobernador tucumano Juan Manzur, uno de los pocos que tuvo motivos para celebrar este domingo. El académico y analista político relativizó el mal desempeño de Tolosa Paz: “era una figura puesta y, por lo tanto, irrelevante”.
Otro que sufrirá las consecuencias de este tropiezo es Kicillof. “Nunca disputó poder en el Partido Justicialista. Es un fenómeno extraño: gobierna con desarraigo territorial y es un peronista honesto. Está en Buenos Aires por decisión de Cristina. Si ella desaparece, él desaparece. Kicillof tiene minoría en el Senado provincial y, con este resultado, empeora la situación de su bloque en esa cámara. Él esperaba ganar espacio en la Legislatura bonaerense”, observó Malamud.
Reynoso, investigador independiente del Conicet y profesor principal de cátedra de la Universidad de San Andrés, consideró que el resultado global de las primarias demanda una reestructuración de la forma de gestionar el Estado nacional. “El oficialismo va a tener que entender que no puede gobernar solo”, vaticinó por teléfono desde la Ciudad de Buenos Aires. El politólogo advirtió que la brecha favorable a Juntos por el Cambio podría ampliarse en noviembre, como ocurrió en las generales anteriores. Además, apuntó que, si la tendencia se consolida, sería la primera vez que el peronismo se queda sin la llave que permite habilitar las sesiones en el Senado.
“Los datos de las encuestas exponían que el Gobierno no venía bien, pero existía un clima prudente, no derrotista. Antes de la votación se creía que habría un equilibrio. Ahora se sabe que eso no será así. La ciudadanía juzgó negativamente la gestión y es posible que hayan influido desde el ‘Vacunatorio’ (VIP) hasta la foto del festejo clandestino del cumpleaños de la primera dama en la residencia presidencial de Olivos. El Presidente estaba desdibujado en el último tiempo. Hoy queda contraído al 30%. La gran pregunta es hacia dónde se fueron los votos logrados hace dos años”, evaluó Reynoso.
En el caso de la oposición, los dos expertos consultados coinciden en que Horacio Rodríguez Larreta retuvo el liderazgo del Pro, aunque no de una manera contundente, en especial por los votos que Ricardo López Murphy arrebató a María Eugenia Vidal en el bastión de la capital. Malamud ve un crecimiento moderado de la Unión Cívica Radical, que recortó distancia con sus socios, e imagina una mayor participación de este partido en el futuro de la alianza. El profesor restó importancia al casi 14% que consiguió el libertario Javier Milei: dijo que no es un fenómeno, sino una especie de heredero de Álvaro Alsogaray. “Como él, Milei representa el hartazgo de los incluidos”, definió.
Reynoso opinó que la oposición había salido fortalecida, pero que todavía no estaba claro qué rol iba a adoptar respecto de la administración de Fernández, si de colaboración o de indiferencia. “Rodríguez Larreta no logró sepultar las ambiciones presidenciales de la UCR. Su candidato para la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli, venció al radical Facundo Manes, pero no por 80 a 20”, observó.
El académico de San Andrés reflexionó que al Presidente le aguardan tareas pesadas en cuanto a la pandemia y a la economía. Quizá sean esas dos áreas donde, en simultáneo con la revisión del equipo de gobierno, se proyecte primero la intención del jefe de Estado de “rectificar los errores cometidos”, como anunció anoche al evaluar el veredicto de los comicios.
“El Presidente está revirtiendo las primarias de 2019, donde aportó un caudal de sufragios a Cristina y a Sergio Massa: en este punto, ya no agrega nada. Se convirtió en neutro. O, quizá, en una mochila de plomo, según consideran algunos kirchneristas”, expresó Malamud. Y respecto del presidente de la Cámara de Diputados apuntó que lo había visto con perfil bajo en la campaña, como si intuyera lo que iba a pasar: “por eso no entiendo lo del baile. No tengo palabras: me suena a festejo en la Quinta de Olivos. Celebraron en medio de la pandemia y, además, perdieron. Es aberrante: viven en una burbuja”.