Se llamó Miriam Alejandra Bianchi la mayor parte de su vida, como toda su infancia y adolescencia y cuando estudiaba para ser maestra jardinera y profesora de educación física. Recién en sus últimos años, su nombre real le dejó espacio a Gilda, seudónimo con el que pasó a la inmortalidad como uno de los íconos de la música tropical argentina y de las primeras referentes de la figura creciente de la mujer en ese género de la canción, desde un lugar de empoderamiento y firmeza.

El martes se cumplieron 25 años del fallecimiento de la cantante, en un trágico accidente en el kilómetro 129 de la ruta 9, en Entre Ríos. Eran las siete de la tarde, cuando el micro que la trasladaba a un recital chocó de frente con un camión: junto a ella (tenía 35 años al momento de la colisión) fallecieron su madre Isabel Scioli, su hija de 10 años Mariela Magnin, tres miembros de su banda (Gustavo Babini, Raúl Larrosa y Enrique Toloza) y su chofer Elbio Mazzuco.

Pero la memoria popular la mantiene viva, y todos los años hay peregrinaciones de sus fanáticos hasta el santuario montado en el lugar del siniestro. Con el tiempo se acrecentó la leyenda que le otorga poderes milagrosos a una simple artista que pasó a ser llamada “la Santa de la bailanta”. Asimismo, su vida quedó retratada en la película protagonizada por Natalia Oreiro, con dirección de Lorena Muñoz; y en una obra de teatro escrita y protagonizada por Florencia Berthold.

Esta noche, a las 20.30 y en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550), habrá un espectáculo musical en homenaje a Gilda, a cargo de la cantante de cumbia romántica Sol Amaya, conocida como La Reina Angelical. Junto a ella cantará su nieta, la Princesa Ariadna, mientras que como invitada especial estará La Villana.

El show servirá para hacer un exhaustivo repaso de los temas más conocidos de Gilda. No faltartán en el listado “No me arrepiento de este amor”, “Corazón valiente”, “No es mi despedida”, “Tu cárcel” y “Fuiste” y otros clásicos.