Algunos se conformarán con llegar a las generales del 14 de noviembre. Otros, en cambio, necesitan conseguir la mayor cantidad de votos ahora para “borrar” a sus rivales. En la batalla de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), eso de “ganar” o “perder” es relativo. Lo seguro es que nadie tiene garantizada una sonrisa para la mañana siguiente a la jornada electoral del 12 de septiembre. En los hechos, las internas sólo determinarán las nóminas de candidatos que competirán en los comicios del 14 de noviembre, cuando se definirá la renovación parcial del Congreso de la Nación. Desde lo político, sin embargo, en Tucumán hay mucho más en juego que la confección de las boletas.

En el Frente de Todos (FdT), los armados de Juan Manzur (“Lealtad Peronista”) y de Osvaldo Jaldo (“Todos por Tucumán”) medirán fuerzas en las urnas en medio de una tensa disputa por la conducción del oficialismo, con el foco puesto en 2023. En Juntos por el Cambio (JxC), tres espacios buscarán quedarse con la medalla de “principal opositor” al oficialismo provincial. Fuerza Republicana tiene el desafío de retornar al Congreso, luego de más de una década de ausencia federal.

Otras listas con menos recursos apuestan por conseguir el piso de votos que las habiliten a competir en las generales, a fin de comenzar a cobrar protagonismo en la escena política de la provincia.

En las PASO, en cada cuarto oscuro de Tucumán habrá 12 boletas de precandidatos a senadores y a diputadoes. Tres frentes afrontarán internas, mientras que siete partidos apuntarán a superar el 1,5% de los votos válidos emitidos para participar de las generales, cuando se pondrán en juego tres bancas en la Cámara Alta (dos para la mayoría) y cuatro para la Cámara Baja.

Frente de Todos

En las PASO de 2019, la lista “oficial” había obtenido casi 476.000 votos en la categoría “diputados” (el 49% del total). Será todo un desafío para el espacio alcanzar una performance similar, teniendo en cuenta que hace dos años el Gobierno tucumano era opositor a la gestión nacional y capitalizó el descontento contra la administración macrista, mientras que ahora el oficialismo provincial, encolumnado tras la Casa Rosada, enfrenta el desgaste de la crisis.

Con independencia del monto global de votos que consiga el espacio para posicionarse con miras a noviembre, la interna dentro de las primarias es la pelea entre el gobernador y el vicegobernador.

En el orden nacional, el oficialismo trata de bajar la expectativa a la reñida compulsa de votos en provincia de Buenos Aires (lleva lista única, encabezada por Victoria Tolosa Paz) y ayer instaló el eslogan de que “ganar por un voto es ganar”. ¿Lo mismo se aplica para la escena tucumana? El manzurismo afirma que se impondrán las listas que lideran Pablo Yedlin (senador) y Rossana Chahla (diputada). En la Legislatura, por el contrario, sostienen que la victoria será para las nóminas que encabezan Juan Antonio Ruiz Olivares y Osvaldo Jaldo.

En senadores, el que gane por un voto borra al oponente: según la Ley 26.571, que crea las PASO, en el caso de precandidatos para la Cámara Alta se vota “lista completa”. El que pierde, sencillamente, no aparece.

En el caso de los diputados, el Frente de Todos acordó que las listas se integren con sistema D’Hondt, es decir, reparto proporcional de los espacios. Ahí, si uno de los espacio saca el doble de votos que el otro, “borra” al primera candidato de la nómina. Al haber paridad de géneros, la lista que surja de las primarias debe intercalar siempre a candidatos de distinto sexo. Si el jaldismo “dobletea” al manzurismo, entonces en noviembre el primer candidato es Jaldo y su coequiper, Gladys Medina. Y Rossana Chahla no puede ir en tercer término, porque ese lugar es para un varón. En ese caso, quien la secunda a ella, el camporista Alejandro Melo. Si se da al revés y la ministra dobletea al vicegobernador, en las generales irá primero Chahla, segundo Melo y Jaldo no puede ir tercero dada la paridad de género, así que el lugar sería para Medina. Si nadie saca el doble de votos respecto del competidor, entonces sí las “cabezas” podrán acomodarse en primero y segundo lugar.

Juntos por el Cambio

En la coalición opositora aplicarán para la lista de diputados un sistema de distribución de cargos que le otorgará todos los espacios “salibles” al que gane las PASO. Aunque haya un voto de diferencia, la lista que más votos consiga se queda con el 70% de los cargos. Es decir, el primer y segundo puesto.

El intendente Germán Alfaro (“Juntos para Construir”) apuesta por la estructura municipal, y también por su acuerdo con el PRO, a partir de los lazos estrechados con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y con la presidenta del partido “amarillo”, Patricia Bullrich. Tras la foto con el ex presidente Mauricio Macri, los radicales José Cano y Silvia Elías de Pérez (“Cambiemos Juntos”) apuntan a mantener su posicionamiento (fueron los principales rivales de la Casa de Gobierno en 2015 y en 2019) y a renovar sus mandatos: ambos vencen en diciembre. Los intendentes Mariano Campero y Roberto Sánchez (“Juntos por Tucumán”) se ofrecen como la renovación dentro de la alianza macrista, sostenidos por las administraciones en los municipios de Yerba Buena y de Concepción.

Fuerza Republicana

Ricardo Bussi encabeza el armado republicano que buscará volver al Congreso de la Nación. Al igual que el resto de los partidos en los cuales no habrá internas, FR necesita cosechar el 1,5% de los votos afirmativos válidos emitidos en las PASO para llegar a las generales. En las primarias de 2019 (en categoría Diputado, sin el apoyo de un “presidenciable”), el ahora precandidato a senador había obtenido 57.000 votos; es decir, casi el 6% del total.

Frente de Izquierda

El FIT-U es una de las tres listas que se definirá a través de internas en Tucumán. Las dos boletas en pugna están lideradas (en las categorías “senador” y “diputado”) por Martín Correa y Alejandra Arreguez (“Unidad de la Izquierda”); y por Claudio Alejandro Burgos y Clarisa “Lita” Alberstein (“Revolucionemos la Izquierda”). Tras las PASO de 2019, el FIT-U se había posicionado como la quinta fuerza de orden nacional en Tucumán, al obtener 20.000 votos (poco más del 2%). Este resultado le permitió a la izquierda competir en las generales siguientes.

Con la meta del 1,5%

Cuatro espacios tienen dos aspectos en común: por un lado, no cuentan con “estructuras” de peso, como el PJ o Juntos por el Cambio; y, por otro, no definirán sus listas a través de internas. Para superar esta instancia y poder competir en las generales, necesitan superar el piso del 1,5%.

Aunque no se puede saber cuántos electores participarán el 12 de septiembre, se estima que harán falta unos 15.000 votos para lograr que las boletas estén en el cuarto oscuro en los comicios del 14 de noviembre. Forman parte de este grupo: “Acuerdo Federal” (Carlos Roque Giménez), “Frente Grande de Tucumán” (José Vitar y Fabiola Orquera), “Frente Amplio por Tucumán” (Federico Masso y Florencia Guerra), y “Política Obrera” (Daniel Blanco y Margarita Raquel Gassino).