Dos décadas atrás, Nordelta, uno de los countries más exclusivos de la Argentina, era un humedal. La edificación de casas en el delta del Paraná alteró el hábitat de numerosas especies autóctonas, entre ellas los carpinchos. Estos roedores han pasado de ser un motivo de preocupación entre los vecinos a convertirse en el centro de un debate sobre el avance humano. Si bien en Tucumán no proliferan los carpinchos, desde hace un tiempo se encuentra activa la discusión sobre la instalación de grandes urbanizaciones en tierras vírgenes.

Yerba Buena, El Manantial, San Pablo, Villa Nougués y Tafí Viejo son las principales localidades en las que se intenta, en ocasiones y a través de distintas medidas emitidas por las respectivas comunas y municipios, resolver ese impacto ambiental. Las actuales autoridades yerbabuenenses, por ejemplo, protagonizaron a fines de 2015 una polémica resolución, al prohibir todo tipo de construcción en el piedemonte hasta que hicieran una reglamentación al respecto. Finalmente, fijaron una cota y ninguna construcción puede estar por encima de ese límite, a fin de preservar las sierras de San Javier. Pero, ¿qué pasa más abajo, en los barrios ya consolidados? Algunos residentes cuentan que, cuando se mudaron, convivían con teros, lechuzas y otros animales, pero a medida que fueron sumándose viviendas esos habitantes han ido desapareciendo.

"La fauna con la que cohabitan los barrios privados del pie del cerro, en general, está compuesta por zorros, comadrejas, serpientes y, ocasionalmente, corzuelas. Aunque estos animales merodean en busca de alimentos, a veces pasan inadvertidos porque tienen hábitos nocturnos", señala Pablo Quiroga, biólogo de la Reserva Experimental de Horco Molle y director de Medio Ambiente de Yerba Buena. Los carpinchos, en cambio, presentan un comportamiento diurno.

No obstante, lo más abundante son las aves, prosigue el experto. Y esa abundancia se hace visible en toda la ciudad, debido -principalmente, explica- al arbolado urbano (Yerba Buena cuenta con más de 18.500 árboles sólo en sus veredas; en promedio, un árbol cada siete metros lineales). "Por eso, son comunes los relatos de personas que ven loros y hasta tucanes en sus jardines", cuenta. De hecho, dice que todo este invierno la gente ha estado viendo tucanes. "Ha sido impresionante cómo llamaban a la Municipalidad para avisar de los avistajes y compartir fotos", describe.

TRASTORNOS EN NORDELTA. Al igual que la mayoría de las especies silvestres que habitan el área, los carpinchos pueden ser potenciales reservorios de enfermedades zoonóticas. FOTO TOMADA DE INFOBAE.COM

Ahora bien, ¿qué animales fueron desplazados por estas urbanizaciones? Fundamentalmente -responde el experto- los carnívoros, como los hurones, y los felinos, cuyo tránsito era habitual. "Los zorros son los únicos que todavía se acercan a las casas en busca de comida. El resto, ante el avance de las urbanizaciones, se ha replegado hacia San Javier", destaca.

"Creo que a corto plazo hay que trabajar sobre medidas que permitan la convivencia con estas especies", apuesta Quiroga y enseguida afirma que el municipio y el Instituto de Ecología Regional (IER), un brazo de la Universidad Nacional de Tucumán y del Conicet, han presentado un proyecto conjunto ante el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación para conocer cuál es el impacto que genera el uso recreativo y deportivo de las sendas sobre la fauna silvestre. En concreto, pretenden obtener financiamiento a fin de colocar cámaras y observar el comportamiento de estos animalitos en su hábitat en momentos en que circulan corredores, bikers y caminantes.

Otra iniciativa consiste en darles condiciones adecuadas a las aves para que puedan sentirse cómodas en el municipio, agrega. "En estos momentos, estamos produciendo especies nativas para plantar y armar corredores verdes", precisa. De efectuarse, este plan podría convertirse en trascendental, porque detrás de estas aves vendrían otros grupos taxonómicos, como insectos y mariposas.

IMPACTANTE. Un tucán reposando sobre las ramas de una higuera, en un jardín particular. GENTILEZA JOSUÉ ROMANO

Y del otro lado de la vereda, los humanos. Ni gentes. Ni prisa. Ni bocinas. Ni smog. En vez, el silbido del viento. O los cerros al alcance de las manos. Lo cierto es que cada vez más personas migran de las ciudades a los entornos naturales. La tendencia se encuentra en alza. Los pobladores de El Corte pueden considerarse pioneros de este éxodo, pues los registros de asentamientos en ese sector se remontan a la década del ´70, al menos. Hoy, la costumbre se ha consolidado y extendido. Los barrios Alto Verde -en Cebil Redondo, al norte de la avenida Perón- o los countries Los Azahares, Las Jarillas y Las Yungas -al oeste del río Muerto- representan apenas algunos casos de estas mudanzas. Casos, también, del corrimiento de los límites territoriales.  

Empero, Quiroga aclara que la transformación en el piedemonte comenzó hace décadas. En un principio, el paisaje autóctono fue modificado por la actividad agrícola, con plantaciones de cítricos y con cañaverales. Hoy, esos espacios productivos están siendo reemplazados otra vez, aunque con viviendas. "Si miramos hacia San Pablo o hacia el norte de la Perón, podemos ser testigos del cambio en el uso del suelo. Es evidente: es más rentable lotear un campo que hacerlo producir", deduce.

Desde su perspectiva, el desafío pasa -entonces- por aprender a convivir con la naturaleza. Técnicamente, las sierras de San Javier son el hábitat de más de 200 especies de aves. Podemos a contribuir a que continúen en su hogar, o a que se marchen. "Si los countries siembran vegetación exótica, seguramente los pájaros desaparecerán. En cambio, mientras más reforesten con plantación nativa, más fauna silvestre regresará a su habitat", insta. Con el mismo propósito, deben colocarse pasadores de fauna, porque los alambres cortan el tránsito de los animales.

"Los ecosistemas tiene un punto de equilibro. Y ese equilibrio va a depender de que todas las especies estén presentes y cumplan sus roles. Cuando eso no ocurre, se empiezan a degradar", concluye. Actualmente, los científicos hablan de la "sexta extinción" debido a los peligros ocasionados por la pérdida de la biodiversidad, justamente.

En 2019, el delegado comunal de El Manantial prohibió todos los desarrollos en ese territorio, con el argumento de que la mayoría no reunía los requisitos exigidos por las normativas y que habían generado un alto impacto en el medio ambiente y en la provisión de servicios. También por esa fecha, Yerba Buena planteaba elaborar un plan estratégico territorial para el pie del cerro, a fin de avanzar sobre la normativa municipal que desde 2015 prohíbe la expansión urbana por encima del río Muerto.

El carpincho es el roedor de mayor tamaño del mundo. Los adultos pueden llegar a pesar hasta 60 kilos y medir 1,30 metros de largo. Son vegetarianos, anfibios y viven en colonias. Los residentes de Nordelta están acostumbrados a la convivencia con ellos. Sin embargo, denuncian que en los últimos meses ha crecido su número y han protagonizado desde daños en los jardines hasta ataques a mascotas y accidentes de tránsito.


Calentamiento global: el aumento de temperatura será mayor en Sudamérica
Calentamiento global: ante lo irreversible, apoyarse en la ciencia


Sequía en Tucumán: ¿Cuánto habrá que esperar las lluvias?