Las cifras son alarmantes: la hipertensión arterial mal controlada es la causa de muerte de alrededor de 100 argentinos por día, así lo reflejó un informe elaborado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA). Lo que tiñe aún más el panorama es que, al ser una enfermedad silenciosa, la mayor parte de la población no sabe que la tiene, por eso, concientizarse sobre su existencia y tomar los recaudos médicos a tiempo son la clave para evitar tragedias.

“Sabemos que de cada 10 argentinos mayores de 30 años entre tres y cuatro son hipertensos, pero de ellos, más del 40 % lo desconoce, y de los que sí tienen diagnóstico y deberían estar bajo tratamiento más de la mitad no tiene bien controlada su hipertensión. Esto evidencia un muy bajo nivel de control y es alarmante”, señala el médico cardiólogo y presidente de la SAHA, Marcos Marín, en ocasión del lanzamiento de la quinta edición de la campaña “Conoce y controla tu presión arterial 2021”.

El objetivo de la iniciativa es acercar información responsable a la comunidad y promover el control periódico de la presión arterial, sobre todo en aquellas personas con factores de riesgo.

Para ello, los especialistas indican que, ante la presencia de valores iguales o cercanos a 140/90 mmHg luego de tres mediciones espaciadas, se acuda a una cita médica.

Para tomar conciencia primero hay que dar un paso hacia atrás, ¿qué es la presión arterial? El jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Padilla, doctor José de la Peña, explica que se trata del “aumento del volumen sanguíneo que expulsa el corazón contra una resistencia que ofrecen las arterias”. Aclara que la tensión es una variable que se modifica por múltiples factores como el estrés, los problemas para dormir o el ejercicio, por ejemplo y advierte la importancia de los chequeos.

“La hipertensión es una enfermedad que, en general, no presenta síntomas. Permanece oculta, entonces, si no la salimos a buscar y la gente no se hace los controles indicados, no va a saber nunca que la tiene”, apunta y describe que se trata de una afección que da complicaciones desde arriba hasta abajo.

“En el cerebro puede producir accidentes cerebrovasculares; en el corazón, insuficiencia cardíaca, pre infarto, infarto de cardiopatía isquémica; insuficiencia renal, entre otros”, advierte.

En la misma línea, el médico especialista en Cardiología y secretario de la SAHA, Pablo Rodríguez, agrega: “mucha gente no conoce su condición de hipertenso y un porcentaje significativo de los que sí tienen diagnóstico la minimizan, considerando que con un menor consumo de sal y una vida relativamente sana es suficiente”.

“Sin embargo -continúa- en la gran mayoría de los casos, además del manejo del peso, la actividad física y la alimentación saludable, el control de la hipertensión arterial requiere de la administración diaria de uno, dos y hasta tres medicamentos, combinados o en un solo comprimido, y del control médico del cuadro en forma periódica”.

Causas

La edad es un factor de riesgo para desarrollar hipertensión. A mayor edad, más probabilidades de presentarla. De forma análoga sucede con la herencia o predisposición genética (hijos de padres hipertensos están más predispuestos a presentarla). Hay además otros elementos que se pueden modificar, “como una dieta no saludable (consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans, e ingesta insuficiente de frutas y verduras), el sedentarismo, el consumo de tabaco y de alcohol, y el sobrepeso y/o la obesidad”, detalla el informe de la SAHA.

Controles

“Muy pocas enfermedades graves como la hipertensión arterial presentan un instrumento para su detección y/o control tan amigable y tan a mano como un tensiómetro hogareño. Así y todo, los niveles de subdiagnóstico nos muestran que estamos fallando en transmitir a la población el peligro que representa vivir con la presión elevada y la importancia del uso de esta sencilla herramienta”, indica médico cardiólogo universitario, doctor en medicina, vicepresidente de la SAHA, Nicolás Renna.

Los especialistas coinciden en que, en primer lugar, lo más importante es tomar el hábito de acudir a la consulta. “Si sucede que nos chequeamos y en más de dos oportunidades que la tensión está alta tenemos que hacer estudios también”, recomienda De la Peña.

Distintos procedimientos como el electrocardiograma, ecocardiograma o un examen de Holter son fundamentales para advertir el desarrollo de distintas enfermedades y poder actuar en consecuencia.

“Nos sirven para tener una visión panorámica de lo que está sucediendo. Los análisis de sangre y de orina también son importantes porque nos van a indicar si hay patologías concomitantes como diabetes, colesterol, etcétera”, agrega y explica que las causas secundarias más frecuentes son el síndrome de apnea obstructiva del sueño (ronquidos), también se encuentran las endócrinas, “que son raras, pero se pueden confirmar con los análisis y las renales. Lo importante es entender que se puede llegar a tiempo, tratar y evitar que evolucionen”.

Sin importar la edad, el consejo médico siempre será realizar controles y chequeos, al menos, cada seis meses. A partir de los 40 años, éstos deben ser más rigurosos.