Según avanza el ritmo de vacunación por todo el mundo, con los países ricos a la cabeza, los diferentes organismos siguen estudiando la efectividad y los efectos adversos, principalmente, de los sueros en uso. Así las cosas, las últimas investigaciones han revelado hasta tres nuevas consecuencias que pueden surgir del empleo de los tratamientos con Pfizer y Moderna.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas) ha salido a la palestra para informar que los nuevos nombres a los que habrá que irse fijando son eritema multiforme, glomerulonefritis y síndrome nefrótico. Tres posibles reacciones que se unen a las ya notadas por la mayor parte de la población vacunada, como son el cansancio, el dolor en el lugar de la inyección, la cefalea, los escalofríos y la fiebre.

LA ESPERANZA. Hasta el momento, la de Pfizer es la única vacuna que está aprobada para ser utilizada en niños por los organismos sanitarios. REUTERS

El eritema multiforme ha sido notificado en algunos casos. Consiste en una reacción de hipersensibilidad alérgica, con lesiones cutáneas de forma redondeada. La glomerulonefritis también ha sido detectada en apenas unos casos, y consiste en la inflamación de los pequeños filtros de los riñones. Es decir, afecta la eliminación de los excesos. Por último, el otro efecto notificado es un trastorno renal que causa que los riñones pierdan excesivas proteínas en la orina. No obstante, la EMA ha dejado en claro que se sigue investigando la asociación entre estos trastornos y la vacuna.

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