Quedarse afuera de un Mundial por malos resultados duele, pero está dentro de las posibilidades cuando se compite. Ahora, quedarse afuera por la desidia de quienes debían encargarse de que se cumplieran los protocolos para asegurarse de que los deportistas pudieran llegar a competir en el torneo clasificatorio...eso sí es grave. Y fue precisamente eso lo que le ocurrió a los seleccionados argentinos Sub 21 que viajaron a Chile para jugar el Panamericano Junior: una cadena de errores organizativos se pagó con las ilusiones rotas de jugadoras y jugadores que atravesaron un proceso preparatorio de tres años para quedar entre los elegidos que irían en busca de una plaza para el próximo Mundial Sub 21. La liviandad con la que se manejó la burbuja sanitaria por parte de la Confederación Argentina presidida por Aníbal Fernández desembocó en la detección de un caso positivo en los testeos que se le realizó a la delegación argentina en el ingreso al país trasandino, y dado que ambos seleccionados viajaban en el mismo micro, a todos se les negó la entrada por ser contactos estrechos, por lo que debieron regresar a Mendoza y aislarse en un hotel. Entre quienes integraban la delegación estaban los tucumanos Ignacio Nardolillo, Paula Santamarina y Ana Paula Riera, además de la salteña Valentina Raposo, quien viene de ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio. Ninguno de ellos podrá jugar el Panamericano.
De acuerdo a varias fuentes consultadas por LA GACETA, fue tal el grado de indolencia en la organización que lo raro hubiera sido que no pasara nada. En la semana previa al viaje se habían detectado cinco casos positivos entre ambos seleccionados, que motivaron cambios en las listas. Sin embargo, uno de los integrantes del equipo masculino (que había compartido habitación con dos de esos casos y por lo tanto debió ser aislado como contacto estrecho) fue incluido en la delegación. Que, además, debió soportar un largo y agotador viaje en micro por la Cordillera ya que no se habían conseguido a tiempo pasajes de avión. La decisión de que viajaran ambos planteles en la misma unidad terminó afectando también a las Leoncitas, que de otra manera hubieran podido ingresar a Chile.
Inmediatamente, desde la CAH (que aún no emitió ningún comunicado al respecto) comenzaron a moverse para conformar equipos alternativos de urgencia a fin de participar del Panamericano, donde se reparten tres plazas mundialistas entre los seis seleccionados femeninos y dos entre los siete masculinos. Los Leoncitos se conformarán con jugadores de la lista de reserva más algunos de Buenos Aires que compiten en el Metropolitano y otros cinco de Mendoza. Las Leoncitas se armarían con jugadoras de reserva, más la base del seleccionado mendocino. En principio, también iba a participar la Leona Julieta Jankunas, convocada de urgencia, pero la cordobesa dio positivo de covid y no podrá asistir.
Incluso sin sus planteles principales, Argentina tiene buenas chances de clasificarse por ser potencia en el continente, pero eso a esta altura es casi una minucia. Lo saliente es la falta de diligencia con la que se obró, y que tiró al tacho la ilusión y el esfuerzo de los deportistas.