En toda la provincia de Tucumán, el mes de agosto ha mostrado en plenitud el cambio climático. En la capital, lejos de recordar que el primero de agosto se recuerda a Pachamama, vemos cómo se deshumanizan plazas, parques y peatonales disminuyendo espacios verdes e ignorando el arbolado de alineado en las veredas de San Miguel de Tucumán. Para algunas religiones, la palabra “justicia” supone todas las virtudes y es sinónimo de “santidad”. El artículo 40 de la Constitución Nacional es claro, establece el derecho constitucional a un medio ambiente sano para todos los argentinos. Concuerdo con el editorial del diario sobre el cambio climático: se prevén períodos de sequías prolongadas y lluvias excesivas, con un calentamiento del planeta que incrementará en 1,5 grados centígrados la temperatura. Debemos limitar de manera importante el consumo de energía no renovable, a la vez que desarrollamos políticas de desarrollo sostenible. Con 45% de pobreza, es indispensable que, junto con la creación de un sistema normativo que asegure la protección de los ecosistemas, “surja un nuevo liderazgo que marque caminos buscando atender las necesidades de las generaciones actuales incluyendo a todos sin perjudicar a las generaciones futuras” (Laudato si- Carta encíclica del Santo Padre Francisco).

René Roncedo


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