En el fútbol, hay muchas cosas que duelen en el corazón de los fanáticos. Una de ellas es perder un partido en la última jugada. Otra, caer ante un equipo inferior. Una tercera podría ser sufrir un gol de un jugador formado en el club, ahora vistiendo la camiseta del rival. Ignacio Martín Fernández no es de la cuna del River, porque sus orígenes se remontan a Gimnasia de La Plata. Pero fue en el “Millonario” donde explotó. Y anoche fue el “verdugo”.

Citando una página partidaria del club de Núñez, ya convertido Fernández en jugador de Atlético Mineiro, uno se encuentra con un perfil cual carta de amor hacia el volante de 31 años nacido en Castelli. “Jugadores como él enamoran rápidamente. Su simpleza para jugar, sus decisiones -casi siempre acertadas-, sus movimientos, la versatilidad para atacar y defender”, se puede leer.

Anoche, en el Monumental de Núñez vacío y frío, golpeó al fanático ver que un jugador que aún moviliza (aunque se haya ido), convierta el tanto que le dio al equipo de Belo Horizonte el triunfo por 1 a 0 en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores.

En Twitter, los hinchas “millonarios” no ocultaron su impacto ante el golpe recibido. “No estaba preparado para que nos hagan un gol. Menos que ese gol venga de ‘Nacho’ Fernández”, escribió @93juanfer. Toda una síntesis de lo vivido.

Hasta que llegó el tremendo impacto del minuto 58, se había visto un partido muy bien jugado, de ida y vuelta. River usó a rajatabla la fórmula que pregona Marcelo Gallardo: tener la pelota, presionar y ser intenso. Mineiro neutralizó esa táctica con fortaleza en defensa y salida de contragolpe.

El gol de los brasileños llegó cuando estaban en el cenit de su búsqueda ofensiva, cuando por contrapartida River se había perdido en el campo de juego y Franco Armani era figura.

La paradoja de la noche de Núñez, es decir, el hecho que parece contrario a la lógica, fue también obra de “Nacho” Fernández: 26 minutos después de haber golpeado en la cabeza a su ex club, se fue expulsado por un patadón al borde de la línea del área grande a Fabricio Angileri, que estuvo muy cerca de devenir en un penal.

La noche de derrota para River puede dejar un montón de refranes, como el de crías cuervos que después te comerán los ojos, o aquel de que no hay peor astilla que la del mismo palo, o ese que hace referencia a que cuando uno anda mal, todos se aprovechan. Mirando la revancha, que deberá jugarse el miércoles 18 desde las 21.30 en Belo Horizonte, es mejor tal vez pensar en algo más optimista. Por caso, la esperanza es el sueño de los despiertos.

Otros partidos

Flamengo goleó 4-1 a Olimpia en Paraguay, en la ida de los cuartos de final. El martes, San Pablo y Palmeiras habían igualado 1-1. Hoy se completará la ronda de cuartos de final con el choque previsto en el Maracaná, desde las 21.30, entre Fluminense y Barcelona de Ecuador.