¿Por qué somos vulnerables a la pseudociencia, la anticiencia y las teorías conspirativas? ¿Por qué tanta gente cree que hay un plan para dominar al mundo propiciado por extraterrestres reptilianos y que sólo Donald Trump puede salvarnos? ¿Cómo es posible que sean médicos -Médicos por la Verdad- quienes afirmen que las vacunas son nocivas? Abigail Pchral proporcionará algunas respuestas durante la charla que brindará el próximo jueves, organizada por el Instituto de Epistemología de la Facultad de Filosofía y Letras (UNT). Prchal es Doctora en Psicología y enseña Neurociencias en la Facultad de la Medicina (UNT). Estos temas la apasionan y por eso adelantó algunas de las conclusiones que acompañarán su disertación.

- La charla se titula “Razones para la sinrazón”. ¿Cuáles son estas sinrazones?

- La sinrazón pasa por preguntarse: ¿cómo puede alguien más o menos culto, inteligente, negar una evidencia? ¿Cómo son capaces de creer que las vacunas pueden ser malas, cuando la historia de la humanidad muestra que a partir de las vacunas se duplicó la expectativa de vida? La sinrazón pasa también por la creencia en teorías irracionales. Por ejemplo, que Lady Di fue asesinada por la Corona británica y al mismo tiempo estar convencidos de que Lady Di falsificó el accidente para que no la persiguieran más.

- ¿Cuál es el rol de las pseudociencias en todo esto?

- Intentan hacernos creer que se trata de ciencia, pero en realidad no aceptan ni utilizan principios básicos del método científico. También invocan principios sobrenaturales o paranormales, que la ciencia no emplea. Un ejemplo es la astrología, que postula que los planetas van a determinar para siempre nuestra vida y que no somos libres; o en todo caso que tenemos libre albedrío, pero al mismo tiempo estamos determinados por los planetas. Otro ejemplo es el creacionismo. Mario Bunge, uno de los filósofos argentinos más famosos, denostó al psicoanálisis como una pseudociencia, como un engaño.

- Todo muy discutible, por cierto.

- Claro, porque en la frontera entre lo que es ciencia y lo que es pseudociencia hay cosas que podrían cambiar de consideración. A veces es difícil establecer una frontera tajante y clara. Por ejemplo la acupuntura, una medicina tradicional china, milenaria, que se consideró como una pseudociencia durante mucho tiempo. Hasta que un grupo de investigadores dispuso electrodos en el sistema nervioso de algunos pacientes y encontraron cambios a partir de la colocación de agujas en distintos lugares del cuerpo.

- Distinto es el caso de la anticiencia, ¿no?

- Hasta el momento no existen teorías anticientíficas, es más bien una desconfianza, una actitud en contra de la ciencia. Lo de las teorías conspirativas viene a cuento porque en estas últimas décadas la anticiencia se ha vuelto conspirativa.

- ¿Cuál es el eje principal de las teorías conspirativas?

- Es la hipótesis de que un grupo de personas, más o menos influyentes o poderosas, están tratando de cambiar el curso de la historia. También asumir acontecimientos históricos con explicaciones que no son las verdaderas: Elvis Presley volvió a su planeta natal y sigue vivo allí; Kennedy fue asesinado por la CIA; Alberto Nisman ¿se suicidó o lo mandaron a matar? Son hechos históricos importantes que tienen explicaciones alternativas. En estos momentos está en boga QAnon y se está tornando muy peligrosa. Una de las características de toda teoría conspirativa es su contradicción interna, esto de que hay más de una posibilidad para el mismo hecho.

- ¿Qué pasa con QAnon?

- A QAnon la postula la extrema derecha norteamericana. Consideran que hay un grupo de reptilianos extraterrestres, disfrazados de seres humanos, que tratan de dominar el mundo. Estos reptilianos representan el mal absoluto, trafican con niños y nos obligan a vacunarnos para dominarnos mejor. Según esta teoría, la única salvación posible es Donald Trump. En QAnon entra todo: extraterrestres, antivacunas y, posiblemente, terraplanistas. Por supuesto que QAnon considera que el cambio climático es un invento.

- ¿Dónde radica su peligrosidad?

- En que deja de ser una creencia inocua y se pone en juego la salud pública. Las vacunas han permitido erradicar enfermedades; el sarampión y la varicela prácticamente no se veían. Estos movimientos conspirativos están muy apoyados por redes sociales y la sensación es que nos estamos aislando del prójimo. Es muy grave, porque somos seres profundamente sociales, necesitamos al otro para desarrollarnos durante toda nuestra vida. Y lo que nos pasa es que dejamos de tener contacto directo con la gente.

- ¿Por qué nos sucede esto?

- Las redes sociales tienen algoritmos que nos muestran las cosas que nos gustan. Todo el mundo tiene esta experiencia. Esto sucede con los antivacunas; en un momento dado pierden de vista que hay otras cosas. Hay varias hipótesis desde la psicología cognitiva, desde la psicología evolucionista, para tratar de explicar este tipo de fenómenos.

- Como Médicos por la Verdad...

- Médicos por la Verdad es un fenómeno contra el que luchan los colegios y las asociaciones médicas. ¿Cómo puede ser que un médico diga que una vacuna hace daño? Son cosas que realmente nos cuesta creer, que alguien con formación académica afirme algo que va en contra de toda evidencia científica.

- ¿Qué dicen las neurociencias acerca de este fenómeno?

- Los aportes más adecuados vienen de la psicología, de estudiar cómo nuestra mente conoce el mundo. Son mecanismos muy arraigados, incluso la cultura no puede contra ellos, porque nos han ayudado a sobrevivir como especie desde el principio de nuestra historia. Uno de ellos es cómo tendemos a hacer generalizaciones y encontrar patrones en las cosas. También está el hecho de que a nuestra mente le es muy difícil manejar el azar, porque es algo que nos molesta.

- ¿Cómo se traduce esa incomodidad?

- La dificultad que tenemos para manejar el azar nos lleva a creer que una teoría conspirativa nos dice la verdad. Por ejemplo, que la vacuna es mala y punto. Porque de lo contrario pensamos: si la vacuna nos da el 90% o el 85% de protección, ¿qué pasa si caigo en el 15% restante? ¿Cómo es esto de las probabilidades? Me ha pasado escuchar a gente más o menos preparada diciendo: “los médicos no saben nada, porque ayer dijeron que tal variante no iba a entrar al país y ahora entró”. ¡Es que es un virus! ¡Y los virus cambian!

- ¿Y qué corresponde hacer en estas circunstancias?

- Hay que darle tiempo al conocimiento, habrá que esperar. Debemos entender esta incertidumbre con la ciencia, que -en especial en cuestiones biológicas- maneja probabilidades porque no hay dos organismos iguales. Siempre estamos trabajando con promedios y variaciones alrededor de ese promedio. Entonces es mucho más fácil darle la razón al que dice que la vacuna es mala.

- ¿Qué otros factores nos condicionan?

- Está la cuestión de los grupos. La pertenencia a un grupo y la idea de que los otros son peligrosos se relaciona con la forma en que hemos ido evolucionando desde que el humano era un cazador-recolector, que tenía como mayor enemigo a otros grupos que buscaban el mismo recurso. Necesitamos sentir que pertenecemos a algo: una familia, un grupo de amigos, una religión, una secta o QAnon. Movimientos como Médicos por la Verdad y QAnon están jugando con este punto, la invitación a ser parte de algo muy exclusivo y especial, de unos pocos iluminados que conocen la verdad. Esto tiene mucho atractivo.

- ¿Esto implica que hay que regular los contenidos de las redes sociales?

- No sé si hacen falta regulaciones, tal vez haga falta abordar el tema de los algoritmos. ¿Qué te está mostrando la red social? ¿Solamente las opiniones que no tienen sentido? ¿O te da la posibilidad de ir variando en los contenidos? Habría que ver que estos algoritmos funcionen de otro modo, que muestren lo que uno busca, pero también la opinión contraria. O que disminuyan la cantidad de veces con la que podés encontrarte con una teoría conspirativa.

- Ahí entra el debate de la libertad de expresión.

- Que le hayan cerrado las cuentas a Donald Trump no me parece mal porque es alguien muy influyente y cuando vimos ese grupo de gente entrando al Capitolio parecía una cosa de ciencia ficción. Entonces, ¿podemos permitir que este hombre, que no hizo las barbaridades de Hitler porque no pudo, siga diciendo cualquier cosa en las redes sociales? Si vamos a las vacunas, es una cuestión de la salud de la población mundial.

- ¿Qué mecanismos internos nos mueven a abrazar entonces a las pseudociencias, anticiencia y teorías conspirativas?

- La adhesión a este tipo de mensajes es más emocional que racional. Y es un fenómeno más o menos nuevo. La anticiencia existe desde que nació la ciencia, pero nunca había sido peligrosa, como ahora. Algunos postulados de los inicios del hippismo o de la espiritualidad oriental, que hablaban de un regreso a la vida natural y el rechazo al progreso, eran cosas inocuas. Nada que ver con los antivacunas, QAnon o Médicos por la Verdad, que están produciendo daño. Hace poco murieron bebés de sarampión, algo que no había ocurrido en décadas. Ese es el riesgo que corremos.

Perfil: la especialista

Abigail Prchal es Licenciada y Doctora en Psicología (UNT). Está a cargo de la Cátedra de Neurociencia de la Facultad de Medicina (UNT). Sus áreas de interés son la neurociencia, especialmente la neurofisiolgía y la fisiología de la conducta, la metodología de la investigación y la filosofía de la ciencia.