Al lector Héctor Leonardo Bravo, a propósito de su carta “Deuda con los jubilados” (29/07), como siempre, mi permanente solidaridad por los que exigimos con dignidad que se honre en vida lo que merecemos percibir por derecho propio. El tiempo de los politiqueros (quienes están acostumbrados a las dádivas y más aún en tiempos de campañas electorales) no es el mismo que el nuestro; lamentablemente viven especulado con nuestra desaparición. Debemos seguir con nuestras permanentes prédicas por la defensa de nuestros derechos amparados por la Constitución Nacional y los inquilinos en el poder deben dar cumplimiento a lo que juraron al asumir sus cargos.

Federico Yurcovich

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