Aun no acallados los ecos de la polémica pre partido con Banfield, ni de los elogios por el gran trabajo de los juveniles que jugaron y empataron con el “Taladro”, en Boca ya hay un nuevo frente de acción. Que puede ser tormentoso o conciliador, según el caso. De cara al duelo ante San Lorenzo de mañana, por la tercera fecha, la dirigencia realizó un nuevo pedido a la organización de la Liga Profesional: que el clásico con el “Ciclón” se juegue el miércoles desde las 21 o el jueves en cualquier horario. Esto se basa en que recién el miércoles se vence el aislamiento que le impusieron al plantel que viajó a Brasil para el partido de la Copa Libertadores ante Atlético Mineiro.
Boca también pidió suspender los próximos dos partidos de la Reserva -programados para mañana y el viernes- para que los juveniles puedan tener un descanso adecuado después de la seguidilla frente a Banfield. “De no ser así, se atentaría contra su condición psicofísica”, dice la nota. En este caso sí habría un visto bueno.
De los chicos que jugaron el sábado, este fue el parte médico: Ezequiel Almirón, desgarro en el isquiotibial derecho. Agustín Lastra, con un fuerte dolor en la pierna derecha. Israel Escalante; Ignacio Fernández; Valentín Barco; Gabriel Vega; Eros Mancuso, acalambrados.
A la espera de novedades ante los pedidos, Boca decidió trabajar dividido en dos: por un lado estuvieron los aislados, en Casa Amarilla. Por otro los chicos, en Ezeiza.