Comienza una semana clave para la interna peronista que protagonizan el gobernador, Juan Manzur, y el vicegobernador, Osvaldo Jaldo.

Este sábado vence el plazo para la inscripción de las listas de precandidatos a senador y a diputado ante la Justicia Nacional Electoral, con miras a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 12 de septiembre próximo.

Por estas horas, el principal interrogante en el oficialismo gira en torno a la posibilidad de que el espacio liderado por el presidente de la Legislatura tenga lugar en el armado "oficial" del Frente de Todos-Partido Justicialista (FdT-PJ).

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Si eso no sucede, en el jaldismo no descartan su participación en las internas con una lista propia. El objetivo: pelear por retener la banca que liberará a fin de año la diputada nacional Gladys Medina, esposa de uno de los principales referentes del armado del vicegobernador, intendente bandeño Darío Monteros.

Mientras algunos sectores peronistas todavía apuestan por la "unidad", las especulaciones por una eventual pelea mano a mano entre Manzur y Jaldo en las urnas están a la orden del día en el justicialismo tucumano.

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Si el presidente de la Legislatura lanza una boleta con el sello de "Peronismo Verdadero", ¿cuántos votos necesitaría para lograr que Medina continúe en la Cámara Baja hasta 2025?

Ante todo, existe un dato clave con miras a la interna.

La normativa que regula estos comicios establece que los nombres para el Senado se definen por lista completa; es decir, la nómina que más votos consiga en las PASO dentro del Frente de Todos, competirá en las generales del 14 de noviembre por llegar a la Cámara Alta.

En cambio, el régimen para determinar la composición de las boletas para Diputados deben ser resueltas por cada frente o partido.

La semana pasada, al presentar el acta de conformación ante la Justicia Nacional Electoral, en el Frente de Todos se acordó utilizar el sistema proporcional de distribución de lugares conocido como "D'Hondt" (que también se aplica para el reparto de escaños en el Congreso y en la Legislatura provincial).

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Así, a diferencia de Juntos por el Cambio-Tucumán (que aplicará el sistema Sáenz Peña, con una distribución de 70/30 para la mayoría y la primera minoría), en el armado peronista se mantendrá el mecanismo que "tradicionalmente" rigió en estos comicios.

Con esta certeza, los armadores del manzurismo y del jaldismo pueden hacer cuentas para empezar a calcular cuántos sufragios harán falta para definir las boletas, ante una eventual interna entre el "Uno" y el "Dos".

Al margen de los nombres que proponga cada espacio y de que cada votación ofrece resultados diferentes, muchos toman como base el antecedente de las intermedias de 2017 (en 2019, el caudal electoral puede variar por el "arrastre" de los candidatos a presidente).

Antecedentes y proyecciones

En aquella ocasión, entre las nueve listas de la alianza peronista (en aquella ocasión, denominada Frente Justicialista por Tucumán) habían obtenido 494.543 de los 937.449 votos positivos; es decir, el 52% del total.

La enorme mayoría de aquellos sufragios (441.029) habían sido colectados por la nómina "oficial", que en esos momentos encabezaba Jaldo, y que contaba con el apoyo de Manzur y del ex gobernador José Alperovich.

El escenario cambió, pero las cifras sirven de base a las especulaciones para el caso de que no haya "unidad" este año.

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Teniendo en cuenta que el oficialismo renueva dos bancas a diputado nacional (además de Medina, termina su mandato el manzurista Pablo Yedlin), el jaldismo debería apuntar a ocupar uno de los dos primeros lugares en la lista oficialista.

¿Cuánto necesita el armado del vicegobernador para llegar con expectativas a las generales? En principio, siguiendo el cálculo D'Hondt, debería conseguir la mitad más uno de los votos que coseche el manzurismo.

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En el oficialismo se estima que el Frente de Todos tendrá, de base, 400.000 votos. Si la lista "oficial" que impulse el gobernador consigue 260.000 sufragios en la interna, la estructura del vicegobernador debería sacar 130.001 votos para quedarse con el segundo lugar, lo que le permitiría virtualmente lograr el objetivo de retener la banca de Medina en las generales.

Si la proporción es menor a esa cifra (por ejemplo, 110.000 de los 400.000 votos proyectados), el candidato del tranqueño quedaría relegado al tercer orden, y los dos principales espacios pasarían a manos del manzurismo.

Más allá de los números, en ambos espacios se muestran confiados por estas horas en que lograrían imponerse en unas internas. En los próximos días se resolverá si, en definitiva, los cálculos serán con el peronismo "partido" o traccionando votos en conjunto para la lista oficial.