En el nodo de vacunación de Aguilares se aspira a que hasta finales de este mes el 85% de la población del departamento Río Chico tenga inoculada al menos una dosis de las vacunas contra la Covid-19. Son alrededor de 52.000 pobladores, no solo de esa ciudad, sino también de Santa Ana, Los Sarmiento, Monte Bello, Los Córdoba y Las Tipas.
A estos se agregan los de Los Arrieta y Nueva Trinidad que, a pesar de pertenecer a Simoca confluyen en Aguilares “por razones de accesibilidad”. Son comunidades que están más cerca de este municipio y que trasladarse les insume $ 500 en transporte, mientras que hasta Simoca les representa una erogación de $ 3.000 (ida y vuelta) en transportes rurales.
Mayores de 20
Ayer, el centro de vacunación ubicado en el Complejo Municipal “Monseñor Herrera” (Mitre y Laprida), volvió a tener una jornada febril de trabajo con la inoculación de la primera dosis al grupo etario de 20 años en adelante.
“Los más jóvenes son los que mejor están respondiendo a la convocatoria. Se inscribieron 850 para la primera inoculación y sin embargo se llegó a los 1.000. Hoy también hay una afluencia muy nutrida de chicos”, dijo a LA GACETA la médica Adriana Barrionuevo, jefa del Área Operativa Aguilares del Siprosa.
Tal como está sucediendo en otros departamentos, el grupo etario más reacio a la vacuna es el de los 30 a 45 años. A estos se los está saliendo a buscar. “Se realiza un trabajo fino con el compromiso de la dirigencia de los diferentes sectores de los pueblos. Es la que se encarga de identificar no solo a los que se niegan o desconocen que tienen que vacunarse, sino también a los que por distintas razones no pueden concurrir al nodo”, explicó la profesional.
A la par, el sistema sanitario también lleva adelante operativos de testeos. El Siprosa dispuso personal para inocular a domicilio a las personas discapacitadas u otras imposibilitadas de salir de sus casas. En total son 70 los agentes que están involucrados en el operativo sanitario que despliegan contra la Covid-19 el Sistema de Salud y la municipalidad local.
“Nuestro afán es trabajar duro este mes al estar accediendo a más vacunas. También hay que aprovechar que hay mucha gente motivada, como se observa hoy. Hay que llegar al 85% de inoculados”, expuso la profesional.
En junio la covid-19 hizo estragos principalmente en Aguilares y Santa Ana. El nivel de contagio diario osciló entre el 30% y el 35%. Ahora ese porcentaje se redujo al 25%. Por semana llegaron a fallecer hasta 10 personas.
“Situación delicada”
“Esperé esta oportunidad de vacunarme porque la situación que se vive es delicada y uno quiere estar protegido. En principio tenía miedo a los efectos, pero luego de ver que a mis padres no les pasó nada después de inocularse, no dudé en venir”, dijo Ian Lehman, de 24 años.
Jazmín Rodríguez, de 21 años, confesó que llegó a vacunarse para sentirse más protegida y con menos riesgo al tener la responsabilidad de cuidar a su abuelo. “Es una suerte poder recibir esta vacuna teniendo en cuenta que mucha gente falleció sin haber alcanzado a hacerlo. Por eso no entiendo a los que se resisten”, planteó.
Jonathan Rodríguez, de 22 años, apuntó por su parte que la enorme cantidad de contagios que se dio en esa ciudad le generó mucho miedo y de ahí su decisión de vacunarse. “Mi padre se contagió y mucha gente conocida. Así que no veía la hora de tener la oportunidad de vacunarme. Hoy es una felicidad lograr que me vacunen”, admitió entusiasmado.
En el nodo se inocularon la primera y la segunda dosis de Sputnik V, la Sinopharm y la Astrazeneca.