La artista argentina Marta Minujín su más reciente trabajo, una colosal réplica del Big Ben, famoso monumento inglés con el reloj más emblemático, de 42 metros de alto y recubierto con 20 mil libros políticos, una instalación que se verá hasta el 18 en Piccadilly Gardens, en el marco del Festival Internacional de Manchester (MIF 21), Inglaterra, y que aquellos que la visiten “nunca lo olvidarán”, según la artista.

“Se supone que debo estar allí ahora”, disparó Minujín ni bien apareció online, con sus infaltables gafas espejadas, un overol colorido y sentada justo delante de sus colchones flúor, en el diálogo con la periodista inglesa Alex Clark, de The Guardian, en la que se jactó de producir toda la obra, a lo largo de cinco meses, “a través de un teléfono celular. Soy la primera artista en el mundo que crea así”.

“El Big Ben derribado con libros políticos” (Big Ben Lying Down with Political Books) es el título de este flamante encargo que realizaron desde el prestigioso festival a la reina argentina del arte pop y participativo, y que se suma a su serie “La caída de los mitos universales”, como el Obelisco de pan dulce, el Partenón de libros prohibidos o el Carlos Gardel de fuego, informa la agencia Télam.-

La artista señaló ser consciente de “la división entre el norte y el sur de Inglaterra, de la relación entre Manchester y Londres” y es por eso que seleccionó “libros políticos, que van del 1800 a la actualidad, referidos a ambas ciudades”.

“Lo más interesante -aclaró Minujín- sucederá más tarde, cuando la gente tome el libro y lo lleve a su casa, aunque no sabemos si van a leerlo o colgarlo en la pared como una obra. No sabemos qué van a hacer con eso. Me gustaría estar ahí y firmar los 20 mil ejemplares”, dijo en referencia al desmontaje de la obra, cuando el público se lleve un libro gratis.

Esta réplica de la emblemática torre londinense simula haber aterrizado en el corazón del predio, al aire libre, y es la obra central de este festival que se realiza cada dos años, aunque en esta edición son varios los artistas internacionales que no han podido viajar, incluida la propia Minujin.

“De cara al tercer milenio sería muy interesante ver los símbolos tumbados, verlos desde un punto de vista diferente porque así cambia la perspectiva del espectador”, añadió la artista.