El sector arandanero de la Mesopotamia podría contar con variedades logradas para su zona, según dijo Alejandro Pannunzio, titular de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (Apama).

La entidad logró el financiamiento público que acompañará la implementación del proyecto que Apama elaboró para desarrollar nuevas variedades de arándanos propias de esa región de la Argentina.

El proyecto plantea como problemática inicial que el sector del arándano necesita contar con nuevas variedades que se adapten a la demanda y a las crecientes exigencias de los mercados de exportación, en búsqueda de una continua innovación para el mantenimiento y la mejora de la competitividad.

La mayoría de las variedades de arándanos cultivadas en la región de Salto Grande (el corredor el río Uruguay en las provincias de Entre Ríos y Corrientes) proviene de programas de mejora genética de otros países, que presentan diferentes objetivos y comparten parcialmente la problemática local.

Se busca una variedad más precoz y con mayor vida poscosecha, que se adapte a las condiciones agroecológicas del área de Salto Grande, teniendo en cuenta sus condiciones climáticas para llegar de la mejor manera a los mercados luego de 30 días de navegación -se emplea, mayoritariamente, el transporte marítimo-.

El proyecto presentado por Apama detalla que el trabajo de cruzamiento y de selección se realizará bajo las condiciones locales del clima, suelo, agua y entorno biótico. Por lo tanto, las nuevas variedades obtenidas, luego de un proceso de cruzamiento y selección, serán más apropiadas a las originadas en otras condiciones ambientales.