Britney Spears declaró de forma remota ante un juzgado de Los Angeles (EE.UU.) para pedir que se anule la tutela legal que no la deja disponer libremente de su patrimonio y de su vida.

“Tengo derecho a usar mi voz. He trabajado desde que tenía 17 años. Ahora no puedo ir a ningún lado a menos que me encuentre con alguien cada semana en una oficina. Realmente creo que esta tutela es abusiva”, dijo la cantante, que hizo fuertes declaraciones contra su padre y su mánager. Ellos “deberían estar en prisión”, afirmó la artista pop; además reveló que es medicada contra su voluntad, que le impiden cumplir su deseo de maternar.

Desde hace 13 años, Jamie Spears está a cargo de la conservatorship de Britney: una figura que en los Estados Unidos se aplica sobre adultos muy mayores o personas que sufren desórdenes mentales inhabilitantes. Ayer, por primera vez en todo este tiempo, Britney Spears declaró a favor de sí misma para pedir que se suspenda el ejercicio de la tutela por parte de su padre, quien se hizo cargo de ella después de los episodios de 2007, cuando la salud mental de la artista se vio comprometida. En aquel año, la artista se divorció del cantante Kevin Federline y luego perdió la custodia de los dos hijos de la pareja. Luego fue internada en dos oportunidades para ser evaluada a nivel psiquiátrica. En ese contexto, supuestamente con su salud mental comprometida, fue declarada incompetente para manejar su propia vida. Desde ese momento, la mega estrella pop mundial dejó de estar a cargo no sólo de su patrimonio sino de cualquier otra decisión profesional o personal.

Ante la jueza Brenda Penny, por videollamada, Britney habló durante unos veinte minutos: “Han pasado muchas cosas desde hace dos años, la última vez que estuve en la corte, y no volví antes porque sentí que no me escucharían. En la actualidad me siento traumatizada. No estoy feliz, no puedo dormir”.

Afirmó que la obligan a tomar litio contra su voluntad. “Es una droga fuerte. Puedes dañarte mentalmente si te quedas con ella por más de cinco meses. Me sentí borracha, ni siquiera podía tener una conversación con mi mamá o mi papá sobre nada. Me tenían con seis enfermeras diferentes”, dijo.

La cantante contó que mantiene una relación con San Ashari y expresó su deseo de maternar. Pero su voluntad no es respetada: “Quiero poder casarme y tener un bebé pero me dijeron que no podía casarme. Tengo un DIU dentro de mí, pero este supuesto equipo legal no me deja ir al médico para quitármelo porque no quieren que tenga más hijos. Esta tutela es abusiva y me está haciendo mucho más daño que beneficio. Ni siquiera se me permite viajar sola en un auto en compañía de mi novio. Merezco tener una vida porque trabajé toda mi vida para tenerla.”

Luego le pidió a la corte que tomase su situación con seriedad: “La última vez que hablé con ustedes hace dos años me sentí como si estuviera muerta, como si no importara. Sentía que ustedes pensaban que estaba mintiendo, y no estoy mintiendo. Para que tal vez entiendan la profundidad y el grado de lo que les pido, les estoy solicitando cambios”.

Aseguró que “en California, lo único similar a esto se llama tráfico sexual, hacer que cualquiera trabaje en contra de su voluntad, quitándole todas sus posesiones, la tarjeta de crédito, efectivo, teléfono, pasaporte”. Y completó: “Señoría, mi papá y todos los involucrados en esta custodia, incluido mi manager, que tuvo un papel clave en mi castigo… deberían estar en prisión”.

La batalla judicial que vive Spears generó un movimiento conocido mundialmente como #FreeBritney que lucha para que la cantante pueda disponer libremente de su vida.