Para algunos, ingresar los datos personales en una aplicación de celular es inconcebible, inseguro y poco o nada confiable; si se trata de banca móvil o de las famosas Fintech, esta percepción es aún peor. Datos de CleverTap, una plataforma global Mobil App Markerting, aseguran que, si bien es cierto que la pandemia provocó el aumento del 72% en el uso de las aplicaciones Fintech, este aumento no ha sido del todo positivo.
¿Entonces por qué se dice que el crecimiento no fue positivo si a nivel global, existen poco más de 8.800 empresas que participan en el sector fintech, lo que representa una tasa de crecimiento promedio anual de 19,6%? Actualmente el valor del sector fintech asciende a U$S 870 millones a nivel mundial, de acuerdo con la Fundación de Estudios Financieros. En cuanto a su distribución geográfica, el 49,2% de empresas Fintech del mundo se encuentran en el continente americano, el 30,4 % se encuentra en Europa y el 20,4% restante en Asia Pacífico. Lo anterior se debe a que, lograr que los consumidores proporcionen sus datos privados, y sobre todo su dinero en una aplicación Fintech requiere de absoluta confianza de parte de la empresa. Quienes confían, dan su identificación, información de pago, historial financiero, detalles de inicio de sesión de la cuenta bancaria, entre otros.
Las Fintech por su parte, sabrán en qué gasta o invierte el cliente, cuánto ahorra o consume, y cualquier otro tipo de variable que maneje la aplicación, pero también queda la preocupación de la privacidad de los datos, ¿dónde se resguardan? ¿hay amenazas que puedan vulnerar la información? Lamentablemente, sí, eso es una realidad, el phishing, las estafas y las violaciones de datos suceden muy a menudo, indican desde la plataforma.
Entonces, ¿cómo se supone que una aplicación Fintech mantenga a salvo la privacidad de los datos de usuarios y garantizar que ninguna información se vea comprometida? Especialistas de CleverTap comparten las siguientes recomendaciones:
Mejores prácticas de seguridad. Esto es fundamental, las Fintech deben cumplir con prácticas como escribir códigos seguros, usar cifrados, usar solo API (Interfaz de programación de aplicaciones) autorizadas y exigir a sus clientes el uso de contraseñas complejas o autenticación de dos factores, entre los más relevantes.
La confianza, el pilar de todas las aplicaciones Fintech. Son pocos aquellos que leen las políticas de privacidad o los términos del servicio, por ello es recomendable desarrollar las mejores estrategias para enseñar a los clientes el funcionamiento de la aplicación, los accesos, recopilación, almacenamiento y uso de los datos personales y financieros. No se trata de darle más información, sino de ofrecerla de manera atractiva para que muestre interés y tenga más confianza en la aplicación.
Los clientes quieren tomar el control. Sí, la confianza es mutua, por ello compartir información sobre qué hacer para mantener las cuentas seguras y protegidas, qué seguridad tiene la aplicación para proteger los datos, o qué puede hacer para controlar la recopilación de datos es algo sencillo de hacer para generar fidelidad.
Sí, una vez más, la pandemia cambió la manera en la que vivimos y consumimos productos o servicios. Hoy hacemos las compras y transacciones financieras a distancia, desde nuestro dispositivo móvil, con aplicaciones y páginas de internet en cuestión de minutos y bajo un esquema de innovación tecnológica que facilita las rutinas diarias. Según os expertos de CleverTap, generar confianza entre clientes y usuarios de las aplicaciones Fintech es el reto de las empresas, que hoy se enfrentan a una competencia profunda en la que hay que destacar por la originalidad, la innovación, mejorar la experiencia al cliente y sobre todo la fidelidad de los usuarios. Cumplir con estos factores aseguran el éxito.
La innovación que propone el sector Fintech está generando un impacto sobre el sistema financiero tradicional difícil de prever. Los diferentes participantes de este incipiente sector están compitiendo con productos de nicho en mercados muy segmentados y específicos, mientras que los intermediarios tradicionales están enfocados en desarrollar nuevos productos o hacer más accesibles y atractivos los existentes a través del canal digital, aunque en general su respuesta ha sido lenta, ya que las interfases necesarias para ampliar la funcionalidad de los llamados sistemas “legacy” que soportan sus procesos, han implicado importantes retos y tiempos de desarrollo. Existen segmentos de mercado (por ejemplo, la banca privada) que son fundamentalmente relacionales, en los que la confianza en el banquero y la institución son determinantes en la elección de los consumidores, para los cuales no se vislumbre una competencia directa entre empresas Fintech e intermediarios tradicionales. En otros segmentos fundamentalmente transaccionales, como es el caso de medios de pago, la dinámica de la industria parece más de complementariedad que de competencia entre ambos tipos de intermediarios. No obstante, en la mayoría de los segmentos (por ejemplo, casi todas las modalidades de crédito de consumo), la oferta de las empresas Fintech es sustituto cercano a los productos crediticios tradicionales, por lo que es de esperarse una competencia intensa entre ambos tipos de intermediarios, indica el reporte de la Fundación de Estudios Financieros.