La pandemia se extendió por toda la provincia y se posó en el interior tucumano con potencia durante las últimas semanas. El informe del jueves del Ministerio de Salud, respecto de la cantidad de casos por departamentos, dio cuenta de esta situación Capital (306); Cruz Alta (146); Leales (73); Tafí Viejo (73); Famaillá (71); Monteros (70); Río Chico (61); Alberdi (58); Yerba Buena (44); Chicligasta (40); Burruyacu (37); Lules (35); Tafí del Valle (28); Simoca (21); Trancas (17); Graneros (11); La Cocha (9).

Del análisis de los datos se desprende que el virus se mueve al ritmo de la circulación de sus habitantes. Por ejemplo, Yerba Buena dejó de estar a la cabeza en cuanto a cantidad de contagiados, pero se incrementaron los enfermos en Leales, Famaillá y Monteros. El ministro del Interior, Miguel Acevedo, asevera que en un primer momento analizaba la posibilidad de que esto se debiera a que se tratan de localidades lindantes con provincias con alta circulación viral. Sin embargo, explica que no es ese el motivo sino en gran parte el cansancio de la gente, que comenzó a cuidarse menos y a realizar más actividades: fútbol, ciclismo, reuniones familiares y sociales llegaron también al Tucumán profundo y los casos se dispararon.

Antes de los nueve días de confinamiento estricto, en nuestra provincia ya se había dispuesto una especie de fase 1 para 15 comunas. La resolución 75/2021 del Comité Operativo de Emergencia (COE) alcanzó los distritos de Ticucho y Vipos (departamento Trancas); Colombres, Lastenia, Ranchillos y Las Cejas (departamento Cruz Alta); Los Sarmiento, Santa Ana y Monte Bello y La Tipa (departamento Río Chico); Manuela Pedraza, Buena Vista, Monteagudo y Atahona (departamento Simoca); y La Trinidad (departamento Chicligasta). Como dijo el vecino de Vipos, Gerardo Sierra, a LA GACETA, “el virus ha salido de China y ha llegado a nuestro pueblo; no sabemos cómo”. El mismo Sierra admitió que muchos de sus vecinos no creían que la pandemia era grave y mucho menos que iba a llegar a su localidad. Testimonios como el suyo despiertan dudas respecto de qué nivel de conocimiento existe en el interior profundo sobre el coronavirus. Respecto de este tema, Acevedo asevera que se hicieron campañas intensivas de concientización e insiste en que la angustia y el hartazgo social que produce la pandemia y su extensión en el tiempo son factores clave para entender la reacción social de distender las medidas de prevención.

De una u otra manera, la recomendación de sanitaristas de todo el mundo es la misma: evitar la circulación lo máximo posible, tratar de no estar en aglomeraciones de personas, evitar el contacto físico lo más posible, no compartir utensilios de bebida y comida, y apegarse a la esperanza de la vacunación.

Sería importante que tanto desde el Gobierno como desde la propia sociedad se propicie la concientización más amplia y profunda sobre la peligrosidad del virus. Tucumán posee 93 comunas rurales y pequeños pueblos que en muchos casos viven realidades muy diferentes a las de ciudades más populosas de la provincia. Ello, sin embargo, no los hace menos vulnerables a un virus que ya demostró ser peligroso y letal.

Para las próximas semanas se espera que la circulación de la enfermedad continúe siendo importante en la provincia y el ministro del Interior no descartó aislar a aquellas ciudades o pueblos en los que la situación en cuanto a contagios se vuelva crítica.

Son momentos en los que debe primar la empatía, la solidaridad, el acuerdo, el consenso y la responsabilidad para evitar que la pandemia se ensañe con algunos sectores de nuestra provincia y vuelva a colocar en la angustiante situación de aislamiento a comunidades enteras.