Su nombre, que es muy antiguo, no es casual: significa lobo, en latín. Es que la lesión más llamativa del lupus parece una suerte de máscara roja que hace que las chicas parezcan jóvenes lobeznas. Y decimos “las chicas” porque, aunque hay excepciones, en sexo y edades, es más frecuente en mujeres (9 de cada 10 casos) jóvenes.
Pero aunque el antifaz sea lo llamativo (no la lesión más frecuente), lo cierto es que la enfermedad, además de autoinmune -es decir, el sistema inmunológico del cuerpo ataca las células sanas, es sistémica, lo que implica que puede afectar diversos órganos, desde las articulaciones y la piel, al cerebro, los pulmones, los riñones y los vasos sanguíneos.
“Es una enfermedad crónica y seria, pero no tiene por qué ser grave. Y el diagnóstico precoz es fundamental: como en todas las auto inmunes reumáticas, lo que se haga para controlar la enfermedad en los dos primeros años mejora muchísimo el pronóstico”, informó a LA GACETA Verónica Bellomío, jefa del Servicio de Reumatología del hospital Padilla.
“La enfermedad es mucho más común de lo que creemos -destacó por su parte Rodolfo Pérez Alamino, reumatólogo del Servicio de Reumatología del hospital Avellaneda-. Y hay mucho retraso en el diagnóstico; por eso es tan importante visibilizarla, hablar de ella”.
“Es importante tener en cuenta que al ser una enfermedad crónica, debe ser controlada regularmente; y sí, también en el marco de la pandemia de covid-19”, destacó Bellomío.
“Es una enfermedad que manejamos los reumatólogos, pero requiere el aporte multidisciplinario; las personas, según el tipo de compromiso, necesitan ser evaluadas también por dermatólogos, neurólogos, nefrólogos...”. “Y las derivaciones del clínico que atiende las primeras consultas son fundamentales”, acotó Bellomío.
Síntomas
Las manifestaciones clínicas más frecuentes son generales: cansancio fácil, pérdida de peso inexplicable, fiebre prolongada sin proceso infeccioso. “Por eso -resalta Pérez Alamino- la gente se confunde y demora en llegar a la consulta”. “Pero -destaca Bellomío- suele debutar como si fuera una artritis, con dolor e inflamación de las articulaciones”.
De hecho, se informa en la página “Reuma: ¿quién sos?”, sitio de divulgación de la Sociedad Argentina de Reumatología (www.reumaquiensos.org.ar), el 90% de los personas con lupus tienen artritis. Otras señales que deberían llamar la atención -añade Bellomío- son anemias sin causa; disminución de plaquetas; dedos de las manos o de los pies pálidos o morados; llaguitas en la boca; dolor de cabeza, confusión (desorientación)...
A ellas se suman las ya descriptas “manchas”, cuyo nombre técnico es “eritema en alas de mariposa”, y que al principio pueden confundirse con una rosácea. El eritema consiste en enrojecimiento y erupción de la piel en las mejilla y sobre el puente de la nariz, que se brota con la exposición al sol; también es frecuentemente la caída del cabello cuando la enfermedad está activa.
“Esa actividad suele darse por brotes y remisión, pero se puede tratar; el objetivo es prevenir los brotes; tratarlos cuando ocurren y reducir el daño de los órganos en el tiempo”, explica la experta.
Tratamiento
La pata terapéutica fundamental es una droga que se hizo conocida para el público en general porque se intentó (sin éxito) tratar con ella la covid-19.
“Hoy, el gold standard treatment (término que en medicina quiere decir que es el tratamiento elegido en este momento para tratar una determinada patología) para tratar el lupus es la hidroxicloroquina, por supuesto, bajo estricto control médico”, informó Bellomío..
“Es un derivado de la quinina, que se usaba para tratar el paludismo, y que cumple una función inmunomoduladora”, explicó y agregó que en función de cuáles sean los órganos afectados y del grado de compromiso, se puede o no prescribir corticoides. Suelen indicarse también antiinflamatorios a las personas que tiene dolores articulares o musculares, y suplementos de vitamina D, por su rol protector sobre los huesos, músculos y sistema inmune.
Además es importante minimizar el contacto con los rayos ultravioletas y proteger la piel para evitar un brote del eritema, no fumar y llevar una alimentación equilibrada. Esto -que idealmente debería ser un modelo para todo el mundo-, es importante en las personas con lupus porque tienen mayor riesgo de ateroesclerosis (endurecimiento de las arterias), y en algunos casos la inflamación puede observarse en el mismo corazón o en la membrana que lo rodea. La enfermedad puede afectar asimismo los riñones, y en los casos graves se suele requerir tratamiento intensivo con medicamentos para evitar daño permanente. Y también puede atacar el sistema nervioso central y producir convulsiones o un accidente cerebrovascular.
“Para evitar llegar a estos pintos, el diagnóstico precoz es fundamental -insiste Bellomío-; y mantener los tratamientos, también en tiempos de covid-19. El sistema está preparado para ello”.
Hidroxicloroquina: los beneficios que les proporciona a las personas que viven con lupus
• mejora lesiones cutáneas debidas al lupus
• disminuye el dolor articular z
• se puede usar durante el embarazo
• disminuye la fatiga
• previene los brotes
• disminuye el riesgo de formación de coágulos en venas o arterias en personas que además presentan anticuerpos antifosfolipídicos (riesgo aumentado de trombosis)
• aumenta la densidad mineral ósea en personas que viven con lupus y tienen también osteoporosis
• disminuye el riesgo de daño de órganos internos
• aumenta la sobrevida
Fuente: www.reumaquiensos.org.ar (Sociedad Argentina de Reumatología)
Consultas: 0800-4444-999. Pedir turno, por Salud Escucha, al Servicio de Reumatología del Padilla o del Avellaneda
“Cualquier sospecha, propia o de un medico clínico, amerita la consulta -destacó Verónica Bellomío, jefa del Servicio de Reumatología del Padillla-; siempre es preferible que te digan que no pasa nada grave a que te pregunten por qué demoraste tanto en consultar”.
Los expertos en el tema son los reumatólogos, y en el Siprosa están funcionando los servicios del Padilla y del Avellaneda, con turnos previos para mantener los protocolos covid-19. Entonces, en primera instancia, hace falta un turno para la primera consulta que se obtiene comunicándose con Salud Escucha 0800 - 4444 - 999
“Si hacen falta más, los turnos siguientes se coordinan directamente en el servicio”, añadió Bellomío. “EL mecanismo para nuestro servicio es el mismo”, destacó Rodolfo Pérez Alamino, del Servicio de Reumatología del hospital Avellaneda.