ESPAÑA.- La historia de un joven que vive en una cueva, con wifi y calefacción se volvió viral, luego de que las autoridades municipales debieran hacer una inspección para saber si había riesgo de derrumbe.

Todo comenzó con una pelea. Andrés Cantó tenía 15 años cuando discutió con los padres y resolvió que quería independizarse. Pero no se mudó a un departamento, sino que empezó a cavar en el patio. Y cuando tuvo una cueva, se mudó ahí. Tiene wifi, electricidad y calefacción.  

La relación con sus padres venía de mal en peor, pero en marzo de 2015 tomó la drástica decisión. Después de una fuerte discusión, salió corriendo lejos de casa y fue directo a un lugar olvidado en el que la familia había planificado armar una piscina, pero que por el momento solo había un pozo.

Sin pensarlo dos veces, Andrés agarró un pico y empezó a mover la tierra, algo que empezó a ser una costumbre "a modo de terapia". Una forma de canalizar la ira. Debe haber tenido mucha ira (y muy constante), porque en tres años el pozo empezó a cobrar forma de cueva.

En 2018 conoció a su amigo Andreu y le comentó lo que estaba sucediendo. Andreu se sumó y continuaron el trabajo. Para seguir bajando, ya necesitaban armarle una estructura y una serie de "cuestiones técnicas" que mantuvieran la aventura en un entorno seguro.


Al poco tiempo su amigo se cansó de cavar, pero Cantó eligió seguir. Con un cincel y su pico empezó a dar forma a una cueva en la que ya se podía entrar bajando unos diez escalones y caminar unos pocos pasos por su interior. Para 2019 Andrés ya había construido la primera habitación de su casa subterránea. La obra era cada vez más importante y tuvo que profesionalizar el trabajo: "Fabriqué unas poleas para sacar la tierra y gracias a ellas levanto 1/4 del peso total. 18 metros de cuerda para subir 3".

Con los avances, y ya instalado, dio un paso más y armó una instalación eléctrica para tener luz dentro de su vivienda. Además creó un sistema de estufas. La casa ganó tal relevancia en las redes que las autoridades decidieron intervenir e ir a revisar la construcción para ver si allí había algún riesgo.